Mundiales en cadena

El calendario deportivo mostró desde su arranque que 2023 iba a ser un año diferente, plagado de Mundiales, algunos de mucho fuste. Enero sirvió de calentamiento, con aquel bronce de los Hispanos de balonmano. La primavera también trajo alegrías, como el oro del judoca Fran Garrigós. El curso proponía más de una treintena de Campeonatos del Mundo de deportes olímpicos, que se han salpicado hasta la fecha. Pero lo gordo arranca justo ahora, en dos meses de verano trepidantes que enlazarán uno tras otro, con su punto de ebullición en la segunda quincena de agosto, en la que coinciden varias citas. La traca arranca este viernes con los Mundiales de Natación en Fukuoka, aunque sería más correcto Mundiales Acuáticos, porque engloban todas las disciplinas de piscina, entre ellas el waterpolo, que viene de colgarse el oro masculino en la World Cup. También el ciclismo integrará todas sus modalidades en una misma sede, Glasgow, en un experimento extrañamente ubicado en las dos primeras semanas de agosto, que llevará las carreras de ruta por delante de la Vuelta a España.

En la siguiente quincena habrá Campeonatos de Atletismo en Budapest, el rey de los deportes olímpicos, que coincidirá en varias fechas con la gimnasia rítmica, que se celebra en Valencia, o con el laureado piragüismo, donde el portentoso K4 se juega la clasificación para París 2024 a una sola carta, sin posibilidad de fallo… También se pisarán con el Mundial masculino de baloncesto, donde la Selección defiende título. Es la joya de la corona de los deportes de equipo. O no. También tenemos, desde el 20 de julio, la Copa del Mundo de fútbol femenino. O allá en otoño, la de rugby, que no es especialidad olímpica en XV y que no tendrá a España, pero también mueve masas. Hay un menú para todos los gustos. Con los Juegos, dentro de un año, en la mirilla.