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Mayoral y Bordalás, una sociedad de mérito y éxito

Mejor los dos juntos

Solo Bordalás sabe cuánto ha echado de menos a Borja Mayoral. Se puede intuir, visto lo visto. El retorno del delantero tras su grave lesión ha servido al Getafe para evitar la eliminación en Copa contra el Granada y dar un golpe en la mesa en Las Palmas para poner tierra de por medio con el descenso. Ninguno de los dos logros, aunque el orden de prioridades está claro, resulta menor en un equipo que ha tenido que enfrentar graves problemas con el gol, lesiones claves y, sobre todo, la negativa de Ángel Torres de irrumpir con fuerza en el mercado de fichajes. El presidente nunca se ha dado por aludido ante las peticiones de Bordalás de reforzar la plantilla. Así, con demasiadas cosas en contra, el Getafe se ha visto en una encrucijada en la que se mantiene muy vivo por no apartarse ni un milímetro de su sello futbolístico. Esa es la gran acreditación de Bordalás, que, con unos u otros jugadores, custodia las señas de identidad de un equipo que despunta en los parámetros estadísticos en los que ya figuraba de forma destacada en temporadas anteriores. Nadie afronta más disputas que el Getafe en LaLiga, ni comete tantas faltas, y solo el Madrid recibe más infracciones. Es una muestra de la energía e intensidad con las que se maneja y el nivel de presión al que somete a sus rivales. Tampoco ningún equipo promedia un porcentaje de pases en campo contrario tan alto (70,8%), lo que indica su preferencia por el juego directo. Y pocos centran tanto como hace el conjunto azulón. Ahora, el regreso de Mayoral, si es que el físico le resiste, puede ajustar los resultados a los méritos de Bordalás y su Getafe.

Cuestión de actitud

En descenso sigue el Valladolid, pero el triunfo ante el Betis le hace ver el futuro de una manera más amable. Lo alcanzó con plena justicia. De algún modo, incluso como quedó expresado por los protagonistas tras el partido, el Valladolid jugó con más compromiso y rigor. Si desde dentro se habla en estos términos, es que algo sucedía con Pezzolano que se está a tiempo de cambiar tras la llegada de Cocca. La actitud es lo mínimo exigible para un equipo de las carencias del Valladolid que desafía la agonía del descenso. Contra el Betis no falló en ningún momento, y Kike Pérez (27 años) se encargó de firmar la reacción con el gol de la victoria. Pero el centrocampista pucelano, tantas veces discutido por la grada, fue más allá en sus intervenciones y completó un partido magnífico. Da cuenta de ello sus 33 pases buenos o sus diez recuperaciones.

El error

Seguramente, el Celta no mereció perder en Vallecas en un partido que reiteró sus dos caras antagónicas: talentoso arriba, blando atrás. Es una tónica de todo el curso que Giráldez, un entrenador de absolutas capacidades, no termina de corregir. Además, ante el Rayo no contó, precisamente, con el favor de Guaita. A sus 38 años, el portero incurrió en dos fallos indudables en ambos goles. No tuvo su mejor noche. Los porteros deben convivir con la especialidad de su profesión, y los errores están a la orden del día. Desde que Opta analiza el dato de errores cometidos que acaban en gol en LaLiga, solo Kameni (20), Asenjo (19), Iraizoz (19) y David Soria (17) han protagonizado más. El portero del Celta, antes del Valencia y Getafe, lleva 15 errores de ese tipo en su carrera liguera. Números que, sin embargo, no hacen justicia a una trayectoria tan importante e incuestionable como la de Guaita.

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