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Más sobre el juego del portero con los pies

¿Hacia dónde va el fútbol? Aun con sus meandros para producir sorpresas sin las que nada sería lo mismo, se puede dar por bueno que los sucesivos mundiales van trazando un rumbo. Se tiende a imitar al ganador. Nosotros asistimos orgullosos a la influencia que La Roja y su tiqui-taca dejaron en el fútbol de todo el mundo, incluso Alemania vino aquí a informarse de lo que hacíamos. Ahora, llegados en Qatar al nivel de las semifinales, cuando después de las varias sacudidas sólo quedan en el cedazo Francia, Marruecos, Croacia y Argentina, merece la pena mirar qué han hecho mejor que otros, en busca de pistas para predecir el futuro.

A todos nos encantó el Inglaterra-Francia. Sólo pudo quedar uno, lástima, y fue Francia, pero algo emparentaba su manera de jugar. Fútbol rápido, brioso, intención de disparo, constante intento de penetración por las alas, Dembélé y Mbappé por Francia, Saka y Foden o Rashford o Sterling por Inglaterra. Delantero centro definido, más metido en el área el de Francia, el incontenible Giroud; más sutil el de Inglaterra con Kane, que se retrasa para organizar y llega. En ninguno de los dos casos asume el portero esos riesgos con el pie habituales en España y en varios otros equipos, que ha dado lugar a algunos goles regalados en el curso del campeonato.

Tampoco el ‘parapenaltis’ Livakovic los asume en Croacia, equipo que sabe jugar manejando el partido y sabe cerrarse si le apuran. Ni el colosal Bono, que guarda la portería de una Marruecos ‘modelo Simeone’ y que también juega con extremos, Ziyech y Boufal, y delantero centro de referencia, En Nesyri. Argentina juega con, para, en y alrededor de Messi, sello propio. Hace lo que procede cuando se tiene un genio de ese nivel. Y sí tiende a empezar desde el arquero, como se dice allí, pero si éste se ve apurado la revienta. Quizá la época de los porteros burlándola en el área chica esté empezando a remitir. Mejor para muchos corazones.