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Marchand, un ‘Léon’ enciende Francia

Celebración. París se está bebiendo estos Juegos con una pasión que hace imposible no establecer cierta similitud con los de Barcelona. La asistencia a las instalaciones, la cultura polideportiva del país; la ciudad incrustada hasta los huesos en la competición. La marcha por la Torre Eiffel, el ciclismo por Montmartre, el 3x3 en La Concordia; y el judo, en el Campo de Marte. Hasta la emoción de las retransmisiones televisivas, con héroes de siempre como Teddy Riner; o nuevos y anónimos como el gemelo del tenis de mesa, Félix Lebrun, con Zidane en la grada como fan número uno; o Joris Daudet, Sylvain André y Romain Mahieu, que coparon el podio en la pista de BMX de Saint-Quentin. Y Thierry Henry, corriendo por la banda del Estadio de Burdeos para celebrar el pase a semifinales de Les Bleus contra Argentina. París 2024 no es lo que se gana; es lo que se celebra.

Figura. Francia, además, ha encontrado el icono que vertebre los Juegos. En la misma mesa que divinidades como Mark Spitz o el mismo Michael Phelps ya se sienta el fenómeno Marchand. “Léon, Léon”, se han encendido cada vez que se ha lanzado al agua a por uno de sus cuatro oros individuales. La historia de Marchand tiene dos ciudades señaladas. Se formó en Toulouse, en el entrañable TOEC (Toulouse Olympique et Employés Club), que después de dificultades económicas se prepara para mejores días con el éxito de su héroe. En proyecto hay una Ciudad de la Natación que permitirá que muchos críos imiten al referente del momento. El otro rincón en el que se modeló el campeón es Tempe. Normand se marchó a Estados Unidos en 2021 para estudiar en la Universidad de Arizona pero, sobre todo, para ponerse en las manos de Bob Bowman, ese gurú amante de la música clásica que tiene la fórmula del éxito para los nadadores. Pero el camino también ha tenido espinas. Marchand estuvo a punto de abandonar en 2019, cuando sufrió una crisis anímica que le emparenta con el caso Simone Biles, la otra diosa de los Juegos. Marchand no era feliz. Encontró ayuda en Thomas Sammut, el preparador mental que le acompaña desde aquel episodio. “La primera vez que relacionamos bienestar con rendimiento deportivo, se burlaron de nosotros”, explica estos días Sammut en Francia, donde se ha convertido en una celebridad, como todo lo que rodea a Marchand, el gran nombre junto a Biles de la primera semana de Juegos. A España también le espera su momento y sus nombres universales: Alcaraz, Rahm, Carolina, Aitana... A por ello.

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