Lo de pitar a Mbappé (sentado)
En el extranjero la imagen es la de una afición fría que no sabe animar, niños mimados que no son conscientes de la suerte que tienen al poder festejar una Champions cada dos años...

Escribo sobre el Madrid desde marzo de 1993 y esa doble confrontación de la Copa de la UEFA frente al PSG de Ginola, Weah, Lama y Kombouaré. Y esos 32 años no me han permitido todavía entender ciertos comportamientos de los madridistas del Santiago Bernabéu. Entiendo el enfado de los aficionados después de la desilusión de la Champions pero pitar a un futbolista lesionado y sancionado que está sentado en la grada, cuando aparece por las pantallas del estadio, es algo que no me entra en la cabeza. Este acontecimiento ha dado la vuelta al mundo porque la víctima fue Mbappé, y ha sido lo que ha quedado de la victoria contra el Athletic. Mucho más que el golazo marcado por Valverde. La gente no se da cuenta de la idiotez de tal comportamiento porque, en el fondo, la figura que sale dañada no es la de mi compatriota, sino la de la propia afición.
La próxima hazaña de Mbappé (que llegará pronto no hay ninguna duda) borrará de las mentes esta triste historia de los pitos. Sin embargo, el gesto de meterse con un jugador suyo que no está en el césped sólo viene a reforzar la mala imagen que tiene el público del Bernabéu, sobre todo en el extranjero. La de una afición fría que no sabe animar, la de unos niños mimados que no son conscientes de la suerte que tienen al poder festejar una Champions cada dos años. Algo para meditar.
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