El PSG puede lamentarse
Las oportunidades de Barcola y Gonçalo Ramos, ambas clarísimas, dejaron con vida a un Arsenal completamente noqueado y a merced de su adversario.


El PSG fue un equipo maduro en el Emirates. Salió con una intensidad desmesurada, directo hacia la victoria, noqueando a un Arsenal que es uno de los mejores equipos de la Premier. Un excelente Dembélé, del que habrá que ver si su lesión reviste gravedad, porque todo indica a que es muscular, adelantó a los de Luis Enrique nada más comenzar el encuentro. Y, como en Anfield y en Birmingham, un gigante Donnarumma, que hace meses salió denostado del Emirates, en la derrota 2-0, sostuvo al campeón de la Ligue 1. El fútbol va a la velocidad de la luz y el italiano bien lo sabe, ya que ha pasado a estar fuera en verano, con una renovación paralizada, a haberse ganado un nuevo contrato a tenor de sus brillantes actuaciones.
Pero, a pesar del triunfo perentorio en Londres, donde el Real Madrid sucumbió como un castillo de naipes, el PSG se va a París con un sabor agridulce. En el segundo tiempo, las oportunidades de Barcola y Gonçalo Ramos, ambas clarísimas, dejaron con vida a un Arsenal completamente noqueado y a merced de su adversario. La Champions suele ser cruel con los equipos que perdonan y el PSG es un experto en estas lides, pero lo que queda claro es que el gen competitivo de este equipo es de hierro. Los parisinos se van a París con una exigua ventaja que deberán refrendar en un Parque de los Príncipes que se prepara para una noche histórica para el club el próximo miércoles.
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