Landa ya sólo mira hacia delante

El Giro de Italia llega a la traca final con Mikel Landa mejor posicionado que nunca: a 1:05 de la maglia rosa, Richard Carapaz, y con un amplio colchón de 4:43 sobre el cuarto clasificado, Vincenzo Nibali. Una situación ideal ante el tríptico que decidirá el Trofeo Senza Fine: este viernes, una etapa de montaña con meta en una cima de segunda; el sábado, la etapa reina, con San Pellegrino, Pordoi y llegada en Fedaia, conocido más popularmente en el ciclismo como Marmolada, y el domingo, una contrarreloj en Verona de 17 kilómetros. Son tres días decisivos en los que todavía puede pasar cualquier cosa, especialmente el sábado en los Dolomitas, propicios para contabilizar los tiempos en minutos. La fatiga erosiona el pelotón. Y sobrevivirá aquel que mejor sepa gestionarla hasta la última línea.

La etapa de este jueves, que se presentaba previsiblemente como la más tranquila de la semana, escondía una sorpresa inicial, que puede dictar el desenlace final en la clasificación. João Almeida no tomó la salida después de dar positivo con coronavirus. Hasta ahora, las etapas de montaña habían repetido el mismo patrón, con los escaladores intentando distanciar al portugués, mejor especialista en la cronometrada. Carapaz, Jai Hindley y Landa han demostrado ser los más fuertes del Giro, el merecido podio, ya veremos en qué orden, pero siempre asomaba la amenaza de una remontada de Almeida contra el reloj. Los tres se han quitado ahora ese peso de encima, pero principalmente el español, que ya no siente el aliento de nadie en el cogote. Este desahogo puede también ser utilizado como arma táctica por Landa, porque ahora podrá lanzar un órdago a sus dos predecesores “sin miedo” a un cuarto aspirante. Así lo ha expresado el propio Mikel. Y así se lo ha aconsejado Alberto Contador, que anda estos días por la carrera. Landa ya sólo mira hacia delante.