El Landismo y el Juanpeísmo
Juanpe López se enfundó la maglia en el Etna, en la primera llegada en alto relevante del Giro, y ha sido capaz de conservarla en el Blockhaus, en el primer encadenado serio de montaña de esta 105ª edición. Entre estas dos icónicas subidas italianas, entre Sicilia y los Abruzos, ha sumado seis jornadas vestido de rosa y se ha plantado en el día de descanso como líder, con el extra publicitario que eso supone para el Trek. Todavía con la perspectiva de varias etapas propicias para mantener la prenda. Juanpe mira al retrovisor y ya sólo divisa favoritos al triunfo final: Almeida, Bardet, Carapaz, Hindley, Martin, Landa… Ya sabemos que lo normal es que no gane el Giro, pero hay que ensalzar su esfuerzo… El ciclismo no sólo se nutre de grandes gallos, también de una clase media ejemplar, que exprime sus cualidades.
La tenaz defensa de Juanpe, que cruzó la meta a 1:46 del grupo delantero, coincidió con el protagonismo de otro español, con la destacada actuación de Mikel Landa, que peleó la victoria y, sobre todo, se mostró solvente en el pulso con el resto de favoritos. El rendimiento de Landa vuelve a generar optimismo en sus incondicionales, siempre a la espera de una gran faena. El Landismo sigue vivo… ¿Pero qué es el Landismo? Muchas veces me lo han preguntado. O me lo he preguntado a mí mismo. En la respuesta de hoy, voy a poner su etapa como modelo. El Landismo es ver a un Landa dominador, sobrado en cabeza, resolutivo ante las arrancadas de sus rivales, es ilusionarte con su ataque y que este no se produzca. O enterarte después, gracias a unas fotos del histórico Luca Bettini, que había sufrido una caída previa en un descenso. Pese al accidente, Mikel aguantó entre los mejores. Muy revelador. La puerta de la esperanza se reabre. Tal vez sí. O tal vez no. Mientras el Juanpeísmo lucha por un día más de rosa, el Landismo se reaviva con el sueño de que llegue por fin el gran día.