Juanpe moja en tiempos de sequía
El pelotón español rodaba falto de una alegría en una gran vuelta. Son tiempos de sequía. El año pasado, sin ir más lejos, no hubo victorias de etapa en ninguna de las tres: ni en el Giro de Italia, ni en el Tour de Francia, ni en la Vuelta a España. Y tampoco ningún ciclista al frente de la clasificación general. De hecho, ningún español había liderado una gran ronda desde Jesús Herrada en la Vuelta de 2018. Un erial demasiado estéril para el ciclismo patrio, que históricamente ha hecho de estas carreras su tierra de cultivo. Juanpe López, sevillano de Lebrija y ciclista del Trek, ha roto esa inercia negativa al enfundarse la maglia rosa, siete años después de Alberto Contador, un campeón conectado a la trayectoria del andaluz, que se formó en las categorías inferiores de su Fundación. La alegría, además, arroja otro valor, porque Juanpe tiene 24 años y pertenece a una generación diferente a la que ha tenido que tirar del carro tras la retirada del propio Contador. Me refiero a corredores como Pello Bilbao y Mikel Landa, que andan por el Giro con las miras puestas en la general.
López no pudo redondear la jornada con la victoria de etapa en un escenario de prestigio: el Etna. No anduvo lejos, pero Lennard Kämna, un cazador habitual, fue superior. Tampoco quedó inicialmente claro si hubo pacto entre ellos. Primero parecía que sí, porque ambos hablaron. Luego parecía que no, porque Juanpe casi se cae en la curva y porque golpeó el manillar en la meta. Estos repartos, que en este caso sí lo hubo, son propios del ciclismo: para ti la etapa y para mí la maglia. El lebrijano, emocionadísimo con la prenda, tiene ahora margen para mantenerla. Si el equipo Trek se esmera en defender el liderato, Juanpe atesora calidad para seguir de rosa durante toda la semana, con la única incógnita del etapón del domingo en el Blockhaus. De momento, que disfrute del día. Una alegría para él y para el árido ciclismo español.