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Euroclásico en Belgrado

Clásico o desastre. Así se titulaba esta misma columna en la previa del decisivo quinto partido. No había más alternativas. O ganaba el Barça para meterse en la Final Four, donde ya esperaba desde hace una semana el Real Madrid en semifinales. O ganaba el Bayern y enviaba al pozo más profundo a un equipo diseñado para dominar la Euroliga. Al final será Clásico, aunque la cosa no estuvo nada clara. Este Barça ya no intimida tanto.

La sociedad Nico & Niko tomó las riendas en un Palau enfervorizado para expedir el pasaporte a Belgrado, donde aspirará a su tercera corona continental. Laprovittola, desatado, metió 26 puntos, para acabar con 30 de valoración. Mirotic aportó 20 y 26. Más de la mitad de la anotación entre ambos. Dos jugadores, por cierto, con pasado blanco. El argentino, que no valía para el Madrid, triunfa ahora reciclado como escolta. El hispano-montenegrino, por su parte, fichó por el Barcelona para liderar la ‘operación reconquista’. Este año tiene una nueva oportunidad de demostrarlo y, de paso, de aprobar su asignatura pendiente en la Copa de Europa.

Ya habrá tiempo de analizar el Euroclásico, pero los dos equipos pueden ver el vaso medio lleno o medio vacío. Por un lado están los antecedentes, favorables al Barça, que somete este curso a su eterno rival por 5-1, que asciende a un 11-3 en la era de Jasikevicius. El lituano le tiene tomada la medida a su colega Laso. Pero el duelo muestra otro prisma. El Barça arrastra una racha desconcertante: ha perdido siete de sus últimos 15 partidos, cuatro de siete en Europa. El playoff ha sido una agonía ante el Bayern, el octavo clasificado de la fase regular, un equipo que sin la expulsión de los tres rusos no hubiera jugado los cuartos. El Madrid, sin embargo, ha superado fácil su cruce ante el Maccabi y enlaza seis victorias. Todo dependerá de qué versión exhiba cada uno en Belgrado. Será un partido nuevo. Con la gloria a dos pasos.