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Benzema, de torero a ‘nueve y medio’

Un día me encontré en ‘El Gráfico’ el concepto de ‘nueve y medio’. Se lo aplicaba a un tipo de jugador excepcional, el que tiene algo de ‘nueve’, o sea, delantero centro, y algo de ‘diez’, o sea, mediapunta o interior creador. Del nueve puro se esperan goles arrancados en el área, donde queman los pies; del diez, visión, manejo, pases filtrados. El ‘nueve y medio’ es el que hace las dos funciones con provecho apreciable. ‘El Gráfico’ creaba este término a Kempes, el goleador que llegaba de atrás y marcaba (“no diga Kempes, diga gol”). Más goleador de área o llegando a ella que ‘diez’ filtrador de pases, aunque también algo de esto. Me gustó lo de ‘nueve y medio’.

Eso es el Benzema de hoy, mascarón de proa de un Madrid al que ya vemos capaz de todo. Baja a desahogar, organiza como un ‘diez’, ve el pase por una rendija, inventa. Pero también sabe estar en el área, no sólo irrumpir, sino estar, y marcar goles de una tremenda variedad. Percute de cabeza, empalma con el pie, hace gol a media vuelta, a dos toques… Un nueve excelente que prolonga a un diez excelente, ambos apoyándose en un once también excelente, Vinicius, que se entiende igual de bien con las dos mitades de Benzema: la que inventa y la que remata. Vinicius es el punto de apoyo que Benzema necesita para mover la Tierra.

Siempre fue un poco ‘nueve y medio’, pero peor nueve (menos goles) y peor diez (menos participación). Un jugador de mucha clase pero pasivo, tumbado a la sombra de Cristiano. Más torero grande que futbolista grande, y me explico: en el toro no se cuentan las orejas, se comentan y quedan los destellos artísticos, en los que él siempre abundó, como Guti. En el fútbol con eso no llega: se pide continuidad, presencia, ser jugador para todo el tiempo y para todos los campos, no dejar nunca al equipo con diez. Y se cuentan los goles. Benzema es ahora el ‘nueve y medio’ perfecto. Me atrevo a decir que le cabe mejor ese número que al propio Kempes.