Sainz y Alonso permiten soñar a lo grande
Esta semana tenemos doble ración de motor. La Fórmula 1 arranca la temporada en Bahréin, mientras que MotoGP celebra en Indonesia su segunda cita. Hay más especialidades, por supuesto. De hecho, en estas fechas coincidirán otros dos campeones españoles, Álex Palou en la Indy y Jorge Prado en motocross. Pero los Mundiales de F1 y de motociclismo son los dos eventos principales. Si apuramos, incluso, los monoplazas están varios peldaños por encima. Al menos este domingo van a concentrar el mayor interés, porque el curso viene aderezado por algunos ingredientes extra. Por un lado está el regusto del último campeonato, el igualado duelo entre Max Verstappen y Lewis Hamilton que se resolvió en la última vuelta. Y por otro, ese nuevo reglamento que ilusiona a los que vienen por detrás.
En ese grupo perseguidor navegan, a diferente velocidad, dos españoles: Carlos Sainz y Fernando Alonso. Los dos se han marcado como objetivo dar un salto sobre sus prestaciones del pasado año. Sainz terminó quinto, primero entre los terrenales, se subió cuatro veces al podio, y su escudería, Ferrari, se alzó a la tercera plaza de constructores, por detrás de los entonces inalcanzables Mercedes y Red Bull. Por su parte, Alonso acabó décimo, con un podio y con una asistencia de triunfo a su compañero Esteban Ocon, mientras que el Alpine se erigió como el quinto coche, detrás del McLaren. Ahí han puesto los dos el listón mínimo para la presente campaña. Pero quieren más, mucho más… Y los resultados de los últimos test, aunque sólo sean orientativos, animan a ello. El madrileño aspira a devolver a la senda de las victorias a Ferrari, su lugar natural. Y el asturiano busca consolidar el monoplaza entre la clase media, para poder dar algún zarpazo ocasional a los de arriba. Esa es la teoría, claro, pero la nueva F1 todavía no ha enseñado todas sus cartas… Y permite soñar en grande.