La doble ilusión de Sainz y Alonso

Carlos Sainz y Fernando Alonso ilusionan para el Mundial de Fórmula 1 tras la celebración en Bahréin de los últimos test. Mucho más el piloto de Ferrari. Infinitamente más. Lo que ocurre es que Alonso se reservó lo mejor para el final, para una vuelta mágica que le situó tercero en el cierre del sábado. Y con ese regusto viajaremos la próxima semana al pistoletazo en este mismo escenario. Esta temporada, recordemos, está permitido soñar más que en otras, porque el reglamento es nuevo, porque la norma busca igualar coches y pilotos, y porque nadie sabe exactamente si se van a mantener las mismas jerarquías de los años precedentes. Después de estas sesiones sí se puede olfatear algo, aunque en teoría nadie ha enseñado todo, y las conclusiones no serán certeras hasta que comience la competición de verdad.

Hay sensaciones en las que el olfato no parece engañar. Esencialmente en dos. La primera, que el Red Bull tiene una pinta extraordinaria y que Max Verstappen va a defender su corona mundial con un cochazo. La clausura fue un golpe de autoridad. La segunda, que Ferrari presenta un monoplaza esperanzador, con dos competentes pilotos, Sainz y Charles Leclerc, que pueden devolver al Cavallino Rampante a su lugar en la historia. Menos certezas ha dejado el Mercedes, que no ha dado con la misma tecla, una situación que ha verbalizado el propio Lewis Hamilton. Esta vez no tiene aspecto de farol como hizo en otras campañas, y la prueba es que alguno como Sainz aún no se fía, pero en cualquier caso la casa alemana tiene capacidad de reacción. Fuera del tridente puntero, se han visto cositas aquí o allá de Haas, Alfa Romeo, Aston Martin, Alpha Tauri… y menos de McLaren, que debería ser el cuarto en la puja. ¿El Alpine? Mejor. Los problemas de fiabilidad iniciales se han maquillado con un buen trabajo de Esteban Ocon y Alonso en los dos últimos días… y con esa vuelta para soñar.