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Bale emerge como alternativa a Benzema

La víspera ya había dicho Ancelotti que estaba viendo a Bale entrenar con intensidad (se conoce que no siempre ha sido así) y que “cuando le ponga, cumplirá”, así que sólo fue una sorpresa relativa verle jugar ya de salida en La Cerámica. Y lo hizo en el puesto de Benzema, flanqueado en las bandas por Asensio y Vinicius. Obviamente, Ancelotti no está seguro de que Benzema pueda llegar a tiempo para el partido del martes y dando vueltas a todas las alternativas ha acabado por pensar que nadie como Bale para sacarle de este apuro. Lo que se vio en La Cerámica indica que no anda descaminado. Si Benzema no está a punto, Bale jugará en París.

Bale ha hecho un desperdicio de su carrera, por falta de afición. Es irritante pensar en lo que pudo ser y no fue, agota escuchar a sus cada vez más escasos partidarios lo de sus goles en finales, sabe mal el mazo de dinero que se lleva por nada y peor recordar que Mbappé no vino en su día porque Florentino quiso insistir con el galés. Pero es un jugador superior, con carrera, control, gran pierna izquierda y cabeceo. Futbolista para escenarios grandes, los únicos que le motivan. Así que no es extraño que ahora que se ventea el partido de París con Benzema entre algodones haya dado el paso al frente en los entrenamientos. Y Ancelotti lo ha cogido al vuelo.

No marcó, pero estuvo cerca varias veces, y tan importante lo considera ya Ancelotti con vistas a París por si Benzema no llega que le retiró a un cuarto de hora del final, todavía con 0-0 en el marcador. Aunque su sustituto, Jovic, mandó un balón al larguero, la impresión que dejó Bale (que también llevó un pelotazo al larguero tras afilar el guante de Rulli) fue la de ser una alternativa mucho más seria para la emergencia que se presiente. Aún sin gol, él fue la noticia en un partido en el que el Villarreal mandó en la primera parte y el Madrid en la segunda. Empate ni muy bueno ni muy malo para ninguno de los dos. Y ahora, a pensar en Europa.