NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

El milagro de Queralt

Actualizado a

El próximo domingo, 13 de febrero, se cumplen 50 años del oro olímpico de Paco Fernández Ochoa en los Juegos de Sapporo 1972. El pionero más glorioso de la nieve española. Los éxitos de nuestro deporte irrumpían en esos tiempos por la casta del personaje, por golpes de raza, por la aparición espontánea del talento… La planificación era prácticamente nula. También los medios. Aquella medalla no dejó mucho poso, porque hubo que esperar 20 años para que llegara la segunda: el bronce de su hermana, Blanca Fernández Ochoa, en Albertville 1992. El podio de Blanca rompió otra barrera, porque se convirtió en la primera medalla femenina de una española, y no sólo de invierno. Luego vinieron varias más en Barcelona 1992, pero la suya abrió el camino. Hubo que aguardar otros 26 años para ver a otro compatriota en el cajón, en concreto a dos, ambos en Pyeongchang 2018: los bronces del patinador Javier Fernández, que dio la primera medalla al hielo, y del rider Regino Hernández, que estrenó el palmarés en snowboard. Cada español que se ha subido al podio olímpico invernal ha sido el pionero de algo. Y Queralt Castellet no es una excepción.

Queralt se convirtió este jueves en Pekín en la primera mujer que sube al podio en snowboard, en el primer español en halfpipe, en la única plata... También es la primera vez que España enlaza medallas en dos Juegos consecutivos. El quinto metal rojigualda tiene detrás, como siempre, una gran historia: la de aquella benjamina que empezó a soñar con 16 años en Turín 2006, la de una deportista nómada que, como pasó con Superjavi, tuvo que viajar fuera para formarse, que se entrena en Suiza porque no hay medios en casa, que perdió la medalla en Vancouver 2010 por un mal accidente en el calentamiento, que meditó dejar el deporte tras perder a su novio y entrenador, Ben Jolly, por un suceso trágico… Que se había subido a todos los podios posibles, pero le faltaba uno. En sus quintos Juegos, a los 32 años, Queralt ha culminado el deseo de aquella niña. Y ha obrado otro milagro para el deporte español.