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No somos Ansu Fati

Ansu Fati ha decidido no operarse de su lesión en el tendón proximal del bíceps femoral del muslo izquierdo y seguir el tratamiento conservador. Es decir, que no ha hecho caso a la recomendación de los médicos del Barça que le aconsejaban pasar por el quirófano aunque eso significara pasar más tiempo alejado de los terrenos de juego. Como somos unos metomentodo habrá quien se atreva, sin tener ningún tipo de conocimiento médico, a valorar la decisión del jugador y no será ese su mayor error, sino el no darse cuenta de que ninguno somos Ansu Fati. No tenemos 19 años recién cumplidos, no somos el delantero más prometedor del Barça y del fútbol español y, sobre todo, no llevamos casi dos años encadenando una lesión tras otra.

Desde que el 7 de noviembre de 2020 se rompió el menisco interno de la rodilla izquierda no levanta cabeza. Y es evidente que esa primera operación no salió bien porque tuvo que pasar por el quirófano dos veces más y estuvo once meses de baja, así que no es descabellado que ahora se haya decidido por el tratamiento conservador y que sienta recelo, incluso miedo, a una nueva intervención. Desde su punto de vista operarse no es sinónimo de curarse y sí, en cambio, se debe parecer bastante a un purgatorio del que nunca termina de salir. Interpretar su decisión como un revés para los médicos del club es simplista aunque sea cierto porque no es la opción que ellos consideraban más acertada para tratar la lesión del jugador, pero aquí no se trata de examinar su poder de persuasión ni de colgarse medallas, sino de pensar en la persona que hay detrás del deportista y que está hundida anímicamente. Todo lo que no sea proteger, cuidar y apoyar sin fisuras a un chaval de 19 años es inaceptable.

Nico consuela a Ansu Fati.
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Nico consuela a Ansu Fati.AIOLDIARIO AS

No, no somos Ansu Fati, así que ojalá sepamos respetarle y no añadir más presión en un momento tan delicado. Que haga lo que quiera y vuelva cuando le dé la gana, cuando esté listo, se sienta bien y pueda disfrutar de nuevo. Porque el fútbol tiene todo el tiempo del mundo para esperarle.