El mejor legado que nos dejó Mourinho

Gracias a Dios, Luka Modric ha salido de la COVID sin problemas y pronto estará a disposición de Carlo Ancelotti. Se entiende perfectamente que, por precaución, el técnico madridista haya decidido no incluirle en la lista de convocados para el partido de hoy, pero es evidente también que faltará alguien muy especial frente al Cádiz. Creo sinceramente que ninguna ausencia en el Madrid actual me produce más pena que la del genio croata. Lukita representa todo lo que me gusta en el fútbol: su actitud, su juego, su espíritu. Es un inmenso jugador y un buen tío. Recordaré siempre con cariño aquellos días que pasé a su lado hace tres años cuando ganó (merecidamente) su Balón de Oro. Recordaré también la admiración que suscitó Modric en Francia (y más concretamente en la revista France Football) cuando aceptó, al año siguiente, acudir a París para entregarle el prestigioso trofeo al nuevo galardonado, un tal Leo Messi.

La clase que demuestra en el césped es la misma que guía su vida. No hay casualidad. Tampoco es de extrañar que Lukita, consciente de las dificultades económicas del fútbol, haya aceptado renovar a la baja su contrato con el club blanco. Nunca he sido un gran admirador de José Mourinho y creo que ha sido más bien nefasto para el club, pero entre las buenas cosas que ha hecho aquí su mejor legado, sin ninguna duda, es haber fichado a Modric.