La noche más difícil para Simeone
Pongo la tele muy oportunamente cuando en el programa ‘El Tercer Tiempo’ de ‘#Vamos’ Axel Torres sacude un hisopo de optimismo: el Bayern no se juega nada y recibe al Barça sin público; el Sevilla es mejor que el Salzburgo, que también le recibirá a campo vacío; el Villarreal de Emery funciona mejor cuando sale a empatar a cero que cuando necesita ganar; y el Atlético tiene, obviamente, equipo para ganar al Oporto en estado de necesidad. Hincho el pecho, pero Pichi Alonso me desinfla cuando desgrana contraargumentos de peso. Valdano, ecléctico, remata diciendo que ve más claro lo del Villarreal y el Sevilla que lo del Barça y el Atleti.
Un debate de altura sobre el tema que nos preocupa a todos: la nube negra que se cierne sobre nuestro fútbol, que presentó cinco en la Champions y cuatro cuelgan del alambre en la última jornada. El Madrid sólo se juega salir o no campeón de grupo y le basta el empate en casa. Faltará Benzema, que hace bastante más que el gol, porque se retrasa para dar sentido y peligro al juego colectivo. Es un jugador único, como dijo ayer Ancelotti. La buena noticia es que de repente descubrimos que Jovic puede ser útil; en un papel no tan completo, el de mero ariete clásico, pero útil. Y cerca tendrá a Vinicius, convertido en el hombre de la temporada.
Así que la atención de la noche virará hacia Oporto, donde a Simeone le faltan tres de sus cuatro centrales y ni siquiera depende de sí mismo, sino del partido de Milán, donde Klopp anuncia rotaciones. A punto de cumplir diez años en el Atleti, creo que esta es su noche más incómoda. Con una plantilla mejor valorada que todas las que tuvo antes, el equipo no arranca. Por primera vez da la sensación de que le comen las dudas, de que las cosas no le salen, de que hay algo que no domina, que se le escapa. Su suspiro ante el primer gol al Cádiz fue la imagen de un hombre abrumado. En fin, eso por hoy. Mañana será otro día, que también traerá lo suyo.