Aunque el cuarto puesto de Benzema en el ránking del Balón de Oro ha levantado algunas ampollas, no hay mejor desprecio que no hacer aprecio y mal harían Karim y sus próximos ofuscándose en el desprecio recibido. La inquina con la que algunos han enarbolado los "deméritos" del delantero francés no ha hecho sino aumentar la empatía de sus admiradores. ¿Qué ha hecho Benzema para que se le haya intentado disminuir? Nada, sólo jugar maravillosamente bien al fútbol, multiplicar su producción goleadora y convertirse en un líder fundamental en su equipo y su selección. Cualquier buen aficionado al fútbol, independientemente de sus colores, ha tenido que reconocer que el último año de Karim ha estado por encima de las expectativas más optimistas y que ha mostrado un nivel al alcance de muy pocos.

Por otra parte, ¿qué declaraciones altisonantes o engreídas ha tenido el francés sobre sus méritos? Siempre humilde y comedido en sus comentarios, si hay algo que ha repetido una y otra vez es que él juega para sus compañeros, casi le gusta más asistir que marcar, y para la gente. Ahí reside el gran reconocimiento de este futbolista: en el público, que disfruta su juego de alta escuela; y en los colegas, que lo ven como un ejemplo de elegancia y profesionalidad. No necesita más.