Un palo duro para Alcaraz
La pandemia no ha terminado, aunque a veces lo parezca. La ola que inunda Europa, y que ha llevado a confinamientos en países como Austria y Eslovaquia, ya nos venía advirtiendo en la lejanía, no tan lejana, de que el maldito coronavirus se está rearmando. España, con mejores porcentajes de vacunación y con un uso generalizado de la mascarilla, no ha entrado aún en ese estado de alerta, pero en las últimas fechas sufre igualmente un inquietante repunte de positivos. Acá no andamos todavía en las preocupantes cifras continentales, pero ya saben aquello de que ‘cuando las barbas del vecino veas afeitar, pon las tuyas a remojar”. El deporte, que no es ajeno a los males de la sociedad, vino este jueves a recordarlo con una noticia de impacto: Carlos Alcaraz está contagiado y causa baja en la Copa Davis.
El caso de Alcaraz, desde la perspectiva estrictamente deportiva, es “un palo muy duro”, como ha escrito el propio jugador en sus redes sociales. Es un palo para el tenista, porque iba a cumplir el sueño de debutar este viernes con el equipo de la Davis frente a Ecuador, con un protagonismo que se adivinaba muy relevante. Es un palo para la Selección, que contaba con la progresión y el buen tono de forma del murciano como una de sus grandes bazas en la defensa de la Ensaladera. Es un palo para la Copa Davis, porque Alcaraz iluminaba el torneo como una de sus estrellas emergentes. Y es un palo también para los aficionados de Madrid, que centraban su atención en el reciente campeón de las ATP Finals NextGen. Un palo, se mire por donde se mire. No es el primer golpe similar que recibe el deporte español, ni el deporte mundial, basta recordar el positivo que dejó a Jon Rahm fuera de los Juegos Olímpicos. Alcaraz todavía es joven, tendrá más oportunidades, pero eso no alivia su bajón. Su caso, al menos, nos sirve para refrescar que la pandemia sigue al acecho. Conviene no olvidarlo.