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Oficialmente, el campeón del futuro

Carlos Alcaraz estaba señalado en el circuito mundial como el campeón del futuro. Desde este sábado, ya lo es oficialmente. El español conquistó las NextGen ATP Finals, el Masters de categoría sub-21, con una enorme solvencia. Enfrente tenía a Sebastian Korda, el hijo del Pájaro Loco, otro joven talentoso, aunque tres años mayor que él, que le esperaba en la final como el rival más complicado de la semana, como el opositor más experimentado. Pero Korda también sucumbió ante el poderoso juego de Alcaraz, que voló en esta pista rápida. Hay una diferencia entre este torneo y el resto de escenarios en los que han competido el murciano durante la presente temporada. Allá donde iba exhibía el cartel de joven emergente en plena progresión, de imberbe aspirante que partía con mucho que ganar y con muy poco que perder. A Milán, sin embargo, llegó por primera vez con la etiqueta de máximo favorito, por ranking y por precedentes. Y supo asumir el rol con la misma naturalidad con la que se ha enfrentado este curso a tenistas del top-10: a Tsitsipas, a Berrettini, a Sinner… A la élite del tenis.

Alcaraz se convierte así en el cuarto ganador de esta atractiva competición. De los tres anteriores, únicamente Hyeon Chung (2017) no ha logrado evolucionar en el circuito profesional, aunque sí lo ha hecho su rival en aquella final, Andrei Rublev, que actualmente luce el quinto puesto del ranking ATP. Los otros dos, Stefanos Tsitsipas (2018) y Jannik Sinner (2019), son el cuarto y el décimo del mundo, respectivamente. Dos tenistas consolidados que, casualmente, ya han claudicado ante el pujante Alcaraz en la presente temporada. Estos datos ofrecen una dimensión de lo que significa ganar las NextGen, y también del prometedor panorama que se le abre al español en el horizonte. Pero más allá de los datos está su talento, su actitud, su juego… Todos los ingredientes que debe reunir el campeón del futuro.