Otro frenazo de Márquez

Dice el refrán que “a perro flaco, todo son pulgas”. La sabiduría popular podría aplicarse en estos tiempos a Marc Márquez, que ha vuelto a sufrir un frenazo a su progresión por culpa de una caída cuando practicaba motocross el pasado sábado, justo en su mejor momento deportivo después de su regreso a los circuitos. Si configuramos una clasificación de los cuatro últimos grandes premios, el líder de Repsol Honda estaría al frente del Mundial de MotoGP gracias a, por este orden, su segundo puesto en MotorLand, su cuarta plaza en Misano 1 y sus dos victorias en Austin y en Misano 2. Este reciente triunfo, el 24 de octubre, fue especialmente relevante, porque lo logró en un trazado a derechas, que se adapta peor a sus cualidades. Marc estaba lanzado. Después de sus 265 días de inactividad por su accidente en Jerez y las posteriores recaídas, Márquez había pasado por un periodo de readaptación a la moto y a la competición que ya parecía superado. Eso dictaban al menos sus resultados, que han vuelto a situarle en la pole para la reconquista del Mundial en 2022.

Antes de saltar de año, Márquez tenía todavía dos carreras para intentar igualar las cinco victorias del campeón mundial, Fabio Quartararo, y para asaltar incluso la tercera plaza final. Ya no podrá ser. De momento se pierde este fin de semana la cita de Portimao, paradójicamente el mismo circuito donde reapareció en abril. El tiempo dirá si compite en la siguiente y última cita, el día 14 en Valencia, o si este nuevo percance supone su cierre de la temporada. Si atendemos a los comunicados oficiales, sólo tiene “una leve contusión en la cabeza”, nada de lo que preocuparse o que pueda hipotecar el futuro. Ojalá sea así… Y que las pulgas desaparezcan rápido. Pero después del oscurantismo informativo que rodeó a su dilatada recuperación del húmero, la duda es una postura prudente y razonable.