Ferran, Silva, Mata, Villa, Gayà...

Todos sabemos que cuando el Madrid llama a la puerta del Valencia se adelantan las Fallas y se te quitan las ganas de insistir en el intento. Desde que Lorenzo Sanz fichase a Mijatovic con una operación relámpago espléndida (que nadie olvide que el Madrid pagó hasta la última peseta de su cláusula: 1.489 millones, 8,95 M€), en el Valencia se ponen una coraza cuando el rey de Europa se acerca por Mestalla a pescar lo mejor de su escaparate. Ese empecinamiento impidió en su día que Mendieta llegase al Bernabéu. Pedro Cortés acabó vendiéndolo al Lazio por 7.000 millones (42 M€). 3.000 menos que su cláusula y encima los italianos apenas le pagaron la mitad...

Eso se fue enquistando y al madridista le ha dado rabia ver que jugadorazos con talento como Villa (estaba loco por firmar de blanco), Mata (fue canterano en Valdebebas), Silva (lo desecharon por unos estúpidos informes que no valoraban al canario) o Gayà han terminado triunfando en Valencia y en las grandes Ligas (Mata y Silva en la Premier, Villa en el Atleti y el Barça) al no poder venir al club más grande de todos. Lo de Ferran es peor. Un espabilado de los captadores que había en Valdebebas pensó que Ferran no valía para el Madrid. Una pena porque el valenciano soñaba con poner en pie al Bernabéu. Al menos, ahora lo hace con España. Ferran es un crack.