Koeman sigue con vida prestada

Ayer circulaba un meme de Koeman con la cara y el cuello muy hinchados con esta leyenda: “Me he comido ya todos los turrones por si acaso”. Pensé que lo mismo que apareció ayer pudo haber aparecido tras la derrota del Bayern o antes, cuando Laporta confió a un grupo de periodistas de confianza que querría verle jugar al 4-3-3 y que le gustaría ver más a Riqui Puig; antes incluso, desde el momento en que llegó Laporta y se puso a buscar entrenador, pinto pinto gorgorito entre Jordi Cruyff y Xavi Hernández. Todos nos preguntábamos ya en verano, como se hacía en el tiempo clásico, si se comería o no el turrón en Barcelona.

Desde entonces tiene la vida prestada. El entrenador del Barça es, porque Laporta lo ha dispuesto así, un cadáver que anda. Hay un par de razones por las que sigue: una, que no aparece quien le sustituya al gusto de todos, y otra, que tan tieso como está el Barça encontrar el dinero del finiquito puede ser más difícil todavía que encontrar el nombre del sustituto. Mientras, la lista de posibles va creciendo con nombres tan variados como Pirlo, Robert Martínez, Muñeco Gallardo u Óscar García. Pero pasan las semanas, pasan los nombres y el entrenador sigue siendo provisional. Un señor sin el menor respaldo para dirigir una plantilla con gente de mucho cuidado.

Mientras, se está dando el gusto de desafiar el mensaje indirecto de su presidente: ni 4-3-3 ni Riqui ni Umtiti. No sé si es un “para lo que me queda en el convento me cago dentro” o simplemente que actúa desde su convicción. Prefiero pensar esto último, siempre pensé que no hay nada menos inteligente que la obediencia. Pero vista su actitud, no le imagino dispuesto a dar la menor facilidad en el finiquito, ni tendría por qué, dado cómo le ha tratado un presidente que llegó asegurando que convencería a Messi en un asado y que ha acabado por perderles a él y a Griezmann a cambio de Luuk de Jong. Espero que en este relevo afine mejor.