La torpeza siniestra de Luuk hunde a Koeman

Cero puntos, cero goles marcados, seis encajados. Así está el Barça en su grupo de Champions, que pareció haber nacido para torturarle desde el mismo sorteo. Primero, el Bayern, resucitando el espantoso recuerdo de aquel 8-2. Luego, el Benfica en Lisboa, escenario de aquel espeluzne. Entre aquellos fantasmas compareció el Barça con rostro animoso, recuperado Pedri, Ansu Fati listo para aparecer al final. Pero a los dos minutos ya empezó el estropicio, con escapada y golazo de Darwin Núñez, ex del Almería, que superó a Eric García y la puso en el primer palo ante la pasividad de Piqué.

El equipo trató de reaccionar de la mano de Memphis, con sus amagos por la izquierda, de Pedri, que empezó bien pero fue a menos, y sobre todo del De Jong bueno, que armaba, llegaba y le dio un par de goles hechos al otro De Jong, cuya torpeza siniestra alcanzó ayer el grado extremo. Para empeorar las cosas, Piqué, que empieza a estar para el tinte, era un coladero, se ganó una tarjeta pronto y como se trabajaba la segunda en cada entrada, Koeman decidió quitarle y retrasar al De Jong bueno a la línea de tres centrales. Craso error. El Barça perdió el rumbo y en defensa no mejoró nada. Koeman suspendió ayer.

La segunda mitad ya fue cuesta abajo para el Benfica, con Darwin Núñez haciéndose un llavero con Eric García, que acabó expulsado. Aún dio tiempo, eso sí, para que el De Jong malo fallara el gol más difícil de no meter que vi en mi vida. El saldo fue ese 3-0 que pone a Koeman en debilidad extrema, y, en unión de otros resultados de la jornada, deja de nuevo a LaLiga en lenguas. Entre el Sheriff, Cristiano, que mató de últimas al Villarreal, y el De Jong malo, la armada española queda realmente maltrecha, con el honor salvado por el Atlético, in extremis, y por el Sevilla, que al menos sacó un empate.