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Llopart, Bragado y el orgullo de la marcha española

Hubo un tiempo del deporte español, aquellos años 80 en los que la cosecha de medallas se movía alrededor de cinco, en el que siempre apuntábamos a la vela y “quizá a la marcha” como los salvadores de la patria. El responsable de esa profunda fe en la marcha atlética había sido el añorado Jordi Llopart con su plata en Moscú 1980. Y también su coetáneo rival José Marín, que si bien no saboreó el podio olímpico, sí se aupó a ellos en Mundiales y Europeos. Aquella semilla dio buenos frutos, con excelentes marchadores durante toda la historia. La recolecta en los Juegos aumentó a otras cuatro medallas: el oro de Daniel Plaza en Barcelona 1992; la plata de Paquillo Fernández en Atenas 2004; y los bronces de Valentín Massana y María Vasco en Atlanta 1996 y Sydney 2000. Y como el atletismo no se limita sólo a los Juegos Olímpicos, también ha habido éxitos en otros frentes internacionales, con estos mismos nombres y con otros como Jesús Ángel García Bragado, el mítico Chuso; Miguel Ángel López, Encarna Granados, Mari Cruz Díaz y María Pérez. A España siempre le ha ido marcha.

La marcha española ha competido en Tokio 2020 a la altura de su historia. No se ha subido al podio, es verdad, pero los análisis no siempre hay que hacerlos con el medallero en la mano. Se va de estos Juegos con cuatro diplomas olímpicos, tres de ellos en la cuarta plaza, la famosa medalla de chocolate: Álvaro Martín, Marc Tur y María Pérez, a los que hay que añadir el sexto puesto de Diego García Carrera. Especialmente cruel fue el final de Tur, superado a 150 metros de la meta con una pájara tremenda, tras haber sido valiente protagonista. Era la última presencia olímpica de los 50 kilómetros, que han dado días de gloria al atletismo español, por lo que el podio del ibicenco habría sido un bonito cierre. También un homenaje a Jordi Llopart, el pionero, fallecido el pasado noviembre, tras haber pasado penurias económicas al borde de la indigencia. Y, por supuesto, un tributo a García Bragado, que acabó 35º en sus octavos Juegos, el atleta con más participaciones de la historia, a los 51 años. Como dice Raúl Chapado, el presidente federativo, Chuso ha ganado una medalla fuera de concurso: la medalla de platino. No hubo metales en Tokio, pero Llopart hubiera estado orgulloso de Tur, de Bragado… y de tantos otros.