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Silencio Olímpico

Madrid intentó, con una candidatura improvisada y sin posibilidades, albergar los Juegos Olímpicos de 1972. Osadía Olímpica. Fue elegida Munich. Tuve alguna responsabilidad en las candidaturas de Madrid, lideradas por el alcalde Gallardón, a los Juegos de 2012 y 2016, con Feliciano Mayoral y Mercedes Coghen, respectivamente al frente de la gestión. La sede de los Juegos de 2012 ha sido la que Madrid ha estado más cerca de ganar, a pesar de tener los rivales más fuertes: Nueva York, Moscú (a las que ganamos), París y Londres (la ganadora). Samaranch, padre e hijo, que tanto ayudaron a Madrid, no dejaron de darle vueltas a qué falló, o más bien quién o quiénes fallaron. Y no hablo sólo del griego Nikolaou, que pulsó la tecla de París por error cuando quería votar a Madrid, no dejándole rectificar como pidió, lo que nos dejó fuera de la ronda final. Decepción Olímpica. De aquella sesión en Singapur no olvidaré el sacrificio que hizo y la grandeza de la reina Sofía.

La candidatura de Madrid 2016 fue vencida por un mapa en el que se veía a Europa con numerosos juegos celebrados y a Sudamérica sin ninguno, por la rotación de continentes, y por una candidatura de Río, que no practicó precisamente el jogo bonito, según diversas informaciones. Quedamos por delante del Chicago de Obama (no tuvo ni la mitad de los votos que le aseguraron) y de Tokio. La presentación de la candidatura de Madrid en Copenhague fue espectacular, con un discurso "despedida" de Samaranch muy emotivo. Subjetividad Olímpica. En ambas candidaturas estuvieron presentes grandes deportistas, como Raúl, Gasol o Indurain, entre otros muchos.

En la candidatura de 2020, la alcaldesa era Ana Botella, pero la dirección pasó al Comité Olímpico Español, presidido por Alejandro Blanco. En la sesión decisoria, celebrada en Buenos Aires, teníamos solo dos rivales, Tokio, la ganadora, y Estambul, que también tuvo más votos que Madrid, en un aciago desempate. Bofetón Olímpico.

Es triste y decepcionante que Madrid, una ciudad ilusionada, con mucha gente trabajando tanto y tan bien, no haya logrado los Juegos. Pero creo que sería insoportable conseguirlos y celebrarlos sin público. En Barcelona se vivió la gran fiesta del deporte. En Tokio se vive el silencio Olímpico.