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Sin Ceballos es otra España

El Oro parecía tan cerca que ahora lo vemos muy lejos. Y no lo digo por el resultado, dado que un empate de arranque ante uno de los mejores equipos de África tampoco es para llorar. Pero la sensación que dejó la Rojita Olímpica es de estar cansada y parca de ideas. Sobre todo arriba. España solo fue la España prometida mientras que estuvo Dani Ceballos en el campo. El madridista (¡gran refuerzo para Ancelotti!) se adueñó de la pelota y del tempo del encuentro hasta que Taher le pisoteó el tobillo izquierdo con una entrada inadmisible. Roja directa clara. Menos para el árbitro, el jordano Adham Makhadmeh, que tuvo la desfachatez, a petición del VAR, de verlo repetido por la pequeña pantalla y determinar que con amarilla le bastaba. Debe ser que el buen hombre es un enamorado de las pirámides de Egipto y habitúa a pasar allí sus descansos estivales…

Con el utrerano fuera de combate, el juego se espesó aún más. Asensio volvió a dar esa versión gris que desespera a los que le seguimos esperando, mientras que los ‘eurocoperos’ reflejaban en sus botas arrugadas el cansancio acumulado por no haber tenido vacaciones tras su participación exitosa con la Absoluta de Luis Enrique. Ni Pedri, ni Dani Olmo, ni Oyarzabal fueron diferenciales. Eso sí, atrás Unai Simón, Eric García y Pau Torres tuvieron un estreno tranquilo y plácido, ante unos egipcios que defendieron a muerte sin mayores pretensiones. El 0-0 era su premio. Y lo obtuvieron, pese a que Rafa Mir y Vallejo pudieron romperles el hechizo en los minutos del arreón final. De la Fuente tiene trabajo por delante. Australia y Argentina amenazan esa ruta hacia el Oro que hoy se ha llenado de dolorosas espinas. Ceballos, que sea leve. Sin ti, es otra España.