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TOKIO 2020 | EGIPTO 0-ESPAÑA 0

A España se le tuerce el debut

Arrancó los Juegos con disgusto: no pudo con una Egipto que se empleó con dureza y perdió a Mingueza y a Ceballos, este con una torcedura de tobillo tras un pisotón terrorífico.

Actualizado a
A España se le tuerce el debut
MIGUEL MORENATTIDIARIO AS

España empezó con mal pie los Juegos Olímpicos, porque no logró el resultado deseado y perdió a Mingueza y a Ceballos, este segundo con una torcedura de tobillo que no tiene buena pinta. Ahora, cada partido es ya una final para los de De la Fuente.

A España se le tuerce el debut

La Roja entró bien en el partido, aunque algo espesa. Normal a estas alturas de la temporada. Mucho dominio, pero imprecisión en los últimos metros. La luz la puso Ceballos, inspirado desde el primer minuto: pases al hueco, regates y la mejor ocasión de España en el primer tiempo, con un disparo desde la frontal que se estrelló en el palo.

Poco a poco, Egipto llevó el partido a su terreno: las patadas. Lo de intimidar a España con entradas que ponen en riesgo la integridad física de los jugadores se ha convertido en una costumbre demasiado habitual en categorías inferiores. Está claro que los egipcios olvidaron meter en el equipaje hasta Japón el manual de los valores que intenta representar el espíritu olímpico: hasta tres pisotones intencionados, uno criminal sobre Ceballos, dejaron en menos de una hora. Los egipcios ofrecieron un repertorio de patadas extensísimo, de todos los colores y formas, en cualquier parte del cuerpo.

A España se le acumularon las desgracias en la primera parte: en sólo 45 minutos Luis de la Fuente perdió a dos titulares, veremos si para todo el campeonato. En el 18’ Mingueza se marchó por un pinchazo muscular y en el 41’ Dani Ceballos, que estaba siendo de largo el mejor del partido, se retiró sin poder apoyar el pie tras una criminal entrada de Mohamed que incomprensiblemente se quedó en amarilla (el árbitro fue a verla al VAR). Así es de injusto el fútbol a veces: un mes llevaba preparando este torneo en solitario Ceballos, que dio un recital en los minutos que estuvo sobre el campo.

Ocasiones

En la segunda mitad, los egipcios lograron definitivamente el propósito de desquiciar a España, que apenas dejó llegadas al área hasta el tramo final. A excepción de la brillantez de Ceballos, el resto de los jugadores ofensivos estuvieron lejos de su mejor versión. A Pedri, Olmo y Oyarzabal les pesaron los kilómetros de la Eurocopa, Asensio necesita aún días para coger la chispa en las arrancadas y a Merino se le notó en exceso la inactividad de estos meses.

De la Fuente intentó remediar con cambios el juego previsible y la entrada de Soler mejoró mucho a España. No tanto la de Bryan Gil, que esta vez no fue el revulsivo que acostumbra. En los minutos finales, más por corazón que por fútbol, tuvieron dos ocasiones clamorosas los esàñoles: una de Rafa Mir en el 88’ (cabeceó al centro con todo a placer) y otra de Vallejo en el descuento.

La violencia del rival no la puede controlar España, pero sí puede mejorar en un punto principal: la pegada. En lo poco que probaron a El Shanawy, guardameta egipcio, dio muestras de nivel bastante pobre. El problema es que La Roja no lo comprobó hasta el minuto 90, cuando un tiro sin aparente peligro de Soler se le escurrió de las manos. La conclusión más positiva es que esta generación jugó su peor partido en años y aun así mereció la victoria. La receta es clara: no lamerse las heridas lamentando las patadas egipcias y centrarse en los aspectos a mejorar que quedan bajo el control de España, que no son pocos.