Alonso justifica la F1 Sprint

La F1 Sprint, esa carrera corta a 17 vueltas que Liberty se sacó de la manga para decidir la pole de Silverstone, no defraudó un ápice. En apenas media hora de carrera pasaron muchas cosas, casi tantas o más que en la competición tradicional de los domingos. Fue un espectáculo frenético, justo lo que buscaba el organizador para levantar un Mundial que en los últimos años vivía sumido en el bostezo infinito, provocado por el dominio insultante de Lewis Hamilton y Mercedes. Este curso ya no está solo, Max Verstappen le está plantando cara con el Red Bull, lo que ya es una buena transición hacia ese nuevo reglamento que entrará en vigor en 2022 para, teóricamente, igualar a los monoplazas y a los pilotos. Eso permitirá que podamos presenciar con mayor frecuencia exhibiciones como la que brindó este sábado Fernando Alonso, que rebasó a seis coches en la salida. Marca de la casa. El español llegó a ponerse quinto, aunque después cedió dos plazas y saldrá séptimo. Alonso es mágico en las distancias cortas.

Pasaron más cosas, aunque sólo por eso ya hubiera merecido la pena. Verstappen adelantó a Hamilton en esa misma salida, con lo que volteó el orden de la clasificación del viernes, y ambos estuvieron emparejados en varias fases. Su compañero Checo Pérez pasó peor suerte y terminó último después de hacer un trompo, y retirarse. A esa misma posición de cola fue impulsado Carlos Sainz por un error de George Russell, pero también sacó la magia, igual que había hecho momentos antes su compatriota, para avanzar nueve puestos y encaramarse a la undécima plaza. Quizá el debate, desde una perspectiva purista, es si este esprint decide la parrilla del domingo con justicia, porque un contacto ajeno te hunde en el pozo, pero no se puede negar que ofrece espectáculo, con menos interrupciones, y dos carreras vibrantes y muy distintas por el precio de una.