Remontada a ritmo de Llull
El Real Madrid ha logrado alargar la eliminatoria de cuartos de la Euroliga gracias a un impresionante final a golpe de triples, cuando en el gélido ambiente del WiZink Center ya se respiraba un rotundo 3-0. Fue un desenlace inesperado, no podemos engañarnos. Hay que frotarse los ojos ante ese resultado de 80-76, después de que el Efes entrara al último cuarto con 10 puntos de ventaja y llegara a ponerse con 14, que eran 13 a falta sólo de cinco minutos. El Madrid tiró a partir de ahí de inspiración y de orgullo, seguramente en coincidencia con cierta relajación y exceso de confianza de su oponente, que ya se veía en la Final Four, después de haber manejado con suficiencia la serie. Los de Pablo Laso metieron siete triples en este periodo, pero la tanda clave fue un encadenado de Llull, Thompkins y Rudy que llevó el marcador de 69-76 a 78-76. Garuba puso la puntilla tras un rebote ofensivo. Fueron tres minutos mágicos, ante la estupefacción del equipo de Ergin Ataman, que todavía debe de estar preguntándose cómo se le ha podido escapar el match ball.
Si el 2-0 del cruce ya dejaba escaso margen al Madrid, la incomparecencia de Edy Tavares remachó la esperanza. Pero había que jugar. No estaba su pívot estrella, pero sí un renacido Sergio Llull, que tiró del carro con 20 puntos y 7 asistencias. El Efes dominó como siempre, con un galáctico Micic, que metió 29 puntos para 34 de valoración, pero esta vez no se dejó aplastar como en las dos palizas precedentes. Era un Madrid inferior a su rival, sí, pero más competitivo. De hecho, el primer y el tercer cuartos acabaron empatados (15-15 y 20-20). La sensación sigue siendo que el cuadro de Estambul está por encima, pero ahí queda la remontada blanca. La misión continúa imposible, pero hay que jugar. ¿Y si esta derrota genera inseguridad en los turcos? El jueves se disputa el cuarto partido. Y esto es baloncesto.