La Europa League es la única competición que le queda al Manchester United esta temporada para intentar ganar un título. Fuera de las dos copas inglesas y a demasiados puntos de distancia del City, a pesar de ser segundo en la tabla, el equipo de Solskjaer necesita volver a tocar metal para que su proyecto gane en credibilidad.

El técnico noruego ha apostado por futbolistas jóvenes –Greenwood o Henderson, que le ha quitado el sitio a De Gea en las últimas semanas–, ha desembolsado grandes cantidades por otros –Maguire o Wan Bissaka, ambos imprescindibles en defensa–, tiene un canterano que es emblema del club –Rashford, también icono social del Reino Unido por su campaña a favor de las familias más necesitadas– y un crack mundial consolidado –Bruno Fernandes– que ya lidera al equipo de Old Trafford. El portugués suma 23 goles y 14 asistencias esta temporada y es el principal conductor de peligro en los diablos rojos.

El curso pasado, el United alcanzó las semifinales de la Europa League y esta vez, frente a un Granada en un duelo en el que parten como favoritos, quieren seguir aspirando a levantar el segundo título europeo. Sería, además, el primer trofeo desde 2017, cuando con Mourinho ganaron la Copa de la Liga, la Supercopa… y la Europa League.