Vinicius amargó la noche al Liverpool

El 3-1 es un resultado bueno y en este caso, también justo. El Madrid borró al Liverpool en la primera mitad con un juego excelente que desconcertó a los rojos, irreconocibles en ese periodo. La media fue desbordada, los de arriba se quedaron aislados y la defensa fue insegura, no sólo en sus centrales, donde el equipo está parcheado, sino también en sus acreditados laterales. Así que no fue raro que se llegara al descanso 2-0, goles nacidos de sendos lanzamientos de Kroos a Vinicius. El primero lo transformó en gol éste con una gran maniobra. El segundo lo desvió mal Alexander-Arnold hacia Asensio, que marcó con clase.

Merece la pena detenerse en el gol de Vinicius, toda una sorpresa por la claridad con que finalizó, que vino a definirle como un jugador nuevo. Bajó el pase largo con el pecho en control orientado con el que se alejó del defensa que le perseguía por la izquierda y cortó la trayectoria del que lo hacía por la derecha, y coronó la carrera con un tiro por bajo seguro, inapelable. En la segunda mitad, tras el gol de Salah, premio a la buena salida del Liverpool tras el descanso, marcaría de nuevo Vinicius, esta vez con un remate de primer toque en el área, digno de un cazagoles. Con él así no hay que tener prisa con Hazard. Que se cure con calma.

El Liverpool, decía, volvió mejor tras el descanso, sin duda despertado por los bocinazos de Klopp, muy agitado toda la noche, de lo que fue víctima el cuarto árbitro. Lo que se vio en esa segunda parte fue ya un duelo igualado, que dio como resultado el 1-1 de ese periodo. El saldo es esa victoria por 3-1, media estocada que puede valer y que pocos hubieran anticipado cuando por la mañana se supo que iba a faltar Varane por COVID. Pero Militao estuvo aseado; Nacho, excelente, como suele, y todos dieron un tono de bueno a muy bueno. Kroos estuvo colosal, pero el hombre de la noche fue Vinicius, que sale con su imagen reforzadísima. Lo ha merecido.