Lo de Diakhaby es un paso adelante
Frente a la idea de frustración que ha dejado el caso Diakhaby, yo creo que ha sido un paso adelante. Cierto que el Valencia puede sentirse humillado desde la convicción de que su jugador recibió un insulto racista grave y de que la actitud solidaria de sus compañeros, al retirarse del campo, tuvo que ser rectificada posteriormente. El Valencia volvió sin el presunto ofendido, el Cádiz volvió con el presunto ofensor que, eso sí, fue retirado en el descanso. A Cala le salva, desde luego, la presunción de inocencia, que también explica la actitud del árbitro, correcta. Él no oyó nada, no podía tomar ninguna decisión contraria a Cala.
Así que si el Valencia decidía no volver a salir sólo podría constatar este hecho, no la causa previa que habría provocado esa retirada digna. Y la consecuencia, en fría aplicación de la Regla, hubiera sido la pérdida del partido por 3-0 más la sanción de 3 puntos. Pienso que si el Valencia no hubiera vuelto a salir nadie se hubiera atrevido a quitarle tres puntos, pero el club es hoy un barco sin un capitán serio que pudiera valorar la circunstancia. La decisión, que debió ser de club, quedó en manos de los jugadores y estos decidieron volver a instancias del propio Diakhaby, que no quiso ser causa de un roto que amenazaba descenso.
Pasadas estas horas, no ha aparecido aún prueba contra Cala. El partido se acabó, el Valencia lo perdió. Parece un mal desenlace desde la idea general de que sólo un insulto racista grave pudo provocar todo aquello. En todo caso, haya sido así o trátese de un improbable error de Diakhaby, el asunto ha sacudido, ha creado conciencia. Al irse un equipo del campo, aunque sólo fuera por unos minutos, el fútbol español ha dado un paso en dirección a un repudio general contra los asquerosos insultos racistas. No tuvimos una solución sana, pero estamos mejor que estábamos. El gesto de Diakhaby y sus compañeros no ha sido inútil.