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Dos ineptos se cargan un partido

Dos ineptos arbitrales, el oscense Jaime Latre y Pizarro Gómez, se cargaron ayer en Barcelona muchas cosas. Se cargaron un partido que nunca debería de haber terminado como terminó, con la victoria del Barcelona. Se cargaron la ilusión de unos aficionados y de una ciudad. Se cargaron el trabajo honrado de todo un equipo que hizo méritos para llevarse el empate o la victoria en el campo del Barça. Se cargaron la ventaja que llevaba en la tabla el Atlético de Madrid a los de Koeman. Dieron alas a Elche, Huesca, Eibar y Alavés a la hora de pensar en cazar al Real Valladolid. En resumen, sus errores e inacciones fueron tan llamativas que, lógico, en Valladolid no se habla de otra cosa. ¿se imaginan que las dos jugadas en cuestión se hubieran producido al revés? Estoy absolutamente convencido de que si la pelota que toca en la mano de Jordi Alba con el brazo desplegado toca en la de Bruno y es Messi el que impulsa el balón hacia la portería del Valladolid, Jaime Latre no lo hubiera dudado ni Pizarro le hubiera dicho lo contrario. ¿Creen que si es Messi o Busquets el que hace la falta que hizo Plano, el árbitro habría decidido la expulsión del jugador del Barcelona?... Estoy convencido de que no. Y no es pensar mal, simplemente es reflejar lo que creo con sinceridad. Jaime Latre señala en la segunda jornada en Sevilla un penalti similar por una mano accidental de Óscar Plano en el área. La misma acción pero con distinta señalización. ¿No es para sospechar que dependiendo del equipo se señala una cosa o la contraria?

El problema arbitral no se ha solucionado con la llegada del VAR. Hemos puesto una herramienta muy útil en manos de unos inútiles. El estamento arbitral, un gremio cerrado y hermético, casi siniestro, sigue cayendo en los mismos errores de siempre. Fundamentalmente porque la mayoría son muy malos árbitros y se acaban volviendo locos ellos mismos con las aplicaciones de las normas y las interpretaciones. Y en el caso de lo que pasó ayer en Barcelona, resulta incomprensible que Pizarro Gómez, desde el VAR, no pidiera a su compañero que revisara por televisión la jugada. ¿Por qué actuó así? A mí ya me da asco ver como se trata de forma desigual a los equipos pequeños. Así ha sido toda la vida y así sigue ocurriendo por desgracia.

Y no me gustaría que el bochorno arbitral ocultara el excelente partido del Valladolid. Sergio planteó un partido perfecto y solo faltó el acierto de cara al gol y esa pizca de suerte que sigue sin llegar. Por fin vimos a un equipo que cuando roba el balón sale hacia la portería contraria sin especular. El partido de Plano, Roque Mesa y Alcaraz fue magnífico. El equipo estuvo ordenado. Faltaron algunos millones más de presupuesto para haber contado con jugadores más decisivos de cara al gol y haber matado al Barcelona, pero con un montón de bajas y con lo que se tiene se dio la cara y se demostró que jugando así el Valladolid tiene muchas posibilidades de seguir en Primera un año más, aunque le pese al estamento arbitral o a ese señor de Huesca que arbitró ayer.