El Manchester City ficha astrofísicos
Una de tantas cosas que le debo a Jorge Valdano es haberme descubierto muchos años atrás la existencia de un libro, ‘Dinámica de lo Impensado’, de Dante Panzeri. Se reeditó no hace mucho. Es un tratado del fútbol que fue (que era entonces) que lo ensalza como juego de intuición. Lo escribió en años en los que Argentina (él no) envidiaba el ordenado método europeo y trataba de copiarlo importando entrenadores. El camino contrario, el de Argentina hacia Europa, lo hacían sus futbolistas, que aquí brillaban por su talento superior. Mientras aquí venían los Di Stéfano o los Sívori, allí iban entrenadores europeos con sus pizarras.
Aquel libro exalta el valor de la improvisación. Ahí veía el encanto Panzeri, lo mismo que Valdano, que yo mismo y que tantos otros. Pero el mundo va por otro lado. Hace tiempo que se imponen los métodos, que los entrenadores exigen a los jugadores que se comporten como piezas de un mecanismo y que no hagan cosas raras. Ya incluso desde las canteras se les insta a jugar de manera mecánica. Y el antiguo entrenador de olfato y manejo de vestuario ha ido siendo sustituido por un grupo de estudiosos que reciben cada vez con más intensidad y mayor interés el apoyo de la ciencia. Panzeri se desesperaría si levantara la cabeza.
De los vídeos se pasó al seguimiento óptico en 3D y cada día aumenta la complejidad y sofisticación del proceso. El Liverpool ganó la Champions con un campeón de ajedrez y un astrofísico en su equipo de analistas. Ahora el City Football Group (con 6 equipos, el de Mánchester a la cabeza) ha contratado a Laurie Shaw, una eminencia en astrofísica, cabeza de un equipo de tres especialistas en física de cohetes. Modernos brujos del algoritmo para, por ejemplo, saber exactamente dónde es más grave que Haaland coja la pelota. La loa de Panzeri a la inventiva no tendría hoy lugar. El fútbol tiró por otro camino, ya veremos a dónde. conduce.