Otra vez a las puertas del Everest
El Villarreal y toda su gente vuelven a estar a puertas de la gran cima, a las puertas de su Everest particular. Los amarillos vuelven a afrontar el tramo final que puede permitirles aquello que tantas veces se les ha negado: llegar a la cima del fútbol. Los castellonenses lo han intentado muchos años, en algunos se han quedado muy cerca, pero nunca llegaron a lo que para el Villarreal sería hacer historia de verdad. Un club que ha logrado muchas cimas, pero no ha alcanzado una de las míticas.
Por todos es sabido que estos últimos metros de las grandes montañas son los más complicados, son los decisivos, los que sentencian todo el esfuerzo y el trabajo realizado. Hasta ahora ha dado igual la aclimatación, lo bien preparados o, la fortaleza con la que llegaras a este tramo, siempre ha tocado darse la vuelta.
Por ello, se tiene esa mezcla de miedo y respeto de haber vivido los intentos anteriores. Aunque lo que queda es que una vez más el Villarreal está a puertas de los elegidos, esas a las que llegan muy pocos. Y llegan con el bagaje y la experiencia de años, y con la sensación de que cuentas con uno de los mejores guías y que más y mejor se conoce el camino. Además, esta vez da buen tiempo, el camino parece un punto más despejado y seguro que en las veces anteriores. Esas veces en las que siempre tocaba ventisca, mal tiempo y sufrimiento (es la primera vez que los amarillos parecen tener un sorteo menos duro), por lo que la sensación es que se puede llegar por fin a la puñetera cima del ansiado título.