Djokovic y la plaga de lesiones
El arranque de los cuartos del Open de Australia mantuvo este martes la misma tendencia. De lesión en lesión. Primero fue Grigor Dimitrov quien pasó un calvario hasta sucumbir ante el sorprendente Aslan Karatsev. Luego, Novak Djokovic y Alexander Zverev comparecieron con diferentes vendajes. A quién afectó más el dolor es difícil de calibrar. Nole volvió a sacar adelante un partido cuesta arriba. Lesionado o no. Que Djokovic ha sufrido molestias durante el Grand Slam fue evidente el día de Taylor Fritz, cuando casi claudica por un desgarro. Si han marcado el resto del camino hacia las semifinales, él sabrá. Su problema es parecido al del cuento de ‘El pastorcillo mentiroso’, que de tanto utilizar las lesiones para frenar el ritmo de sus rivales, ya es difícil conocer cuál es el verdadero alcance. Incluso Toni Nadal ha expresado su sorpresa por “cómo desaparecen los dolores de la noche a la mañana” en el número uno. Al margen del uso estratégico que haya hecho, lesión sí hubo. Igual que ha sucedido con tantos colegas.
Rafa Nadal adaptó su servicio a su maltrecho estado en los primeros partidos, Matteo Berrettini y Pablo Carreño se retiraron, Daniil Medvedev y Simona Halep necesitaron atenciones en pista… La espalda y el abdomen han causado estragos, pero no han sido los únicos males. Todo apunta a que la enfermería del Open está relacionada con la cuarentena de dos semanas que tuvieron que pasar los tenistas, con una ventana de preparación muy limitada. Sólo falta esperar que las consecuencias no se extiendan al resto del curso, porque los jugadores están forzando más de la cuenta por respeto al Grand Slam. Como dijo hace unos días Nole: “En otro torneo me hubiera retirado”. El mismo que ahora reclama “una burbuja a lo NBA” u otra alternativa para no pasar por esta ingrata experiencia, que tanto está impactando en la salud del deportista, en otros grandes eventos de la temporada. En esto no es ningún pastorcillo mentiroso. La plaga de lesiones ha encendido la alarma.