REAL VALLADOLID

Noche de Carnaval con espíritu de Halloween

El punto no saca de pobre al Real Valladolid, romo en ataque, pero, al menos, fue capaz de defenderse bien con muchísimas bajas. La misión vuelve a ser dejar a tres por debajo.

EIBAR, SPAIN - FEBRUARY 13: Bruno Gonzalez of Real Valladolid clears the ball away from Sergi Enrich of SD Eibar during the La Liga Santander match between SD Eibar and Real Valladolid CF at Estadio Municipal de Ipurua on February 13, 2021 in Eibar, Spain
Juan Manuel Serrano Arce
Ignacio Bailador
Coordinador en Castilla y León, donde lleva trabajando desde 2007, primero como ayudante, después como editor y posteriormente como coordinador, función que compatibiliza con ser el cronista del Real Valladolid desde hace más de 10 años. Su obsesión: que los equipos de Castilla y León tengan visibilidad. Le podrás leer en el tag del Valladolid.
Valladolid Actualizado a

El Real Valladolid sacó un punto de Ipurua que en la situación clasificactoria del equipo no deja satisfecho a casi nadie, pero que sirve para abandonar esa sensación de Pucela en barrena. Seguirán los blanquivioletas en descenso, pero se apelará a la seguridad defensiva pese a las bajas frente a un Eibar que, en temporada y media, sólo ha ganado tres partidos en casa. No están para tirar cohetes tampoco los de Mendilibar. En un partido en el que el miedo fue protagonista, la noche de Carnaval parecía más ser la de Halloween. No defendió mal el equipo, pero, de nuevo, tuvo muchas lagunas en ataque, con apenas acercamientos a la portería de Dimitrovic. Fútbol, poco.

¿Qué pasará ahora con Sergio González? Pues lo más normal es que siga en su puesto. Su trayectoria y el control del grupo juegan a su favor, pese a las malas caras de Weissman, feo gesto el del israelí para con sus compañeros. El problema que yo veo es de argumentación de las decisiones. Si hubiese perdido, ¿el club lo habría destituido? Probablemente. Como se ha empatado, o aunque se hubiese ganado, ¿va a seguir? Casi seguro. La cuestión es la debilidad de la argumentación por encima de un resultado concreto, de confianza. El Athletic tenía cerrado a Marcelino, pensaba que el ciclo de Garitano se había terminado y pese a que ganó al Elche (1-0) decidió hacer el cambio. La decisión sobre el entrenador no puede regirse sobre un resultado concreto. Debería ser consecuencia de un debate, del análisis de una trayectoria, del concenso con el vestuario. Y saber que gane, empate o pierda se mantiene la decisión sea cual sea el resultado. Para que siga un entrenador o para destituirlo. Porque pese a que la semana pasada se dijo que había confianza plena en el técnico, el apoyo no era unánime, ni en la Avenida del Mundial 82 de Valladolid, ni en la calle Serrano de Madrid.

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Haber ganado en Ipurua no habría asegurado la salvación del Pucela, como haber perdido no le habría condenado. Hay que asumir que, salvo sorpresa, los blanquivioletas se van a jugar el descenso con seis equipos más y este año, más que nunca, habrá que pelear por dejar a tres por debajo. Y es que pese a que se decía que harían falta más de 40 puntos para conseguir la permanencia, la Liga ya se ha recolocado, los grandes ya están donde deben y los puntos de la tranquilidad serán menos. Los tres puestos se los jugarán entre Huesca, Elche, Valladolid, Eibar, Alavés, Osasuna y Cádiz, a la espera de que no se complique algún equipo más como el Getafe. La misión es dejar a tres por debajo.

Y es que el problema de todo esto no es el partido de Ipurua. Es que has jugado en las últimas jornadas con muchos de ellos y has sacado tres puntos de 18 y ahora tienes que sacar puntos y victorias ante equipos que pelean por objetivos superiores. Lo que el equipo de Sergio González no ha sabido hacer ante Elche, Huesca, Eibar o Alavés tendrá que hacerlo frente a Real Madrid, Barcelona o Atlético. Difícil, pero no imposible. Que el Carnaval no se convierta en Halloween.

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