El Pucela, en barrena

El Real Valladolid está en caída libre, en barrena. El partido de Mendizorroza sólo aumenta las dudas sobre un equipo que da muestras de agotamiento en los datos objetivos, ha sumado dos puntos de 15 jugando contra rivales directos, como subjetivos: juega muy mal al fútbol. Ya no es el grupo de Sergio González difícil de batir, incómodo para los rivales, aquel equipo que muchas veces ganaba, o empataba, y los contrarios no sabían cómo. Ahora mismo los blanquivioletas son el equipo más débil de la categoría. Defiende mal y ¿ataca? peor. Y estas dos cuestiones no son las más preocupantes, sino el hecho de defender hasta que te marcan y ser incapaz de atacar cuando vas perdiendo. Se suele decir que los equipos que salen a empatar acaban perdiendo. Yo estoy seguro de que el Pucela sale a ganar, pero ayer lo intentó con la táctica del milagro: intentar defender bien, sufrió 20 disparos, y encontrarte un gol, pero como en la fe cristiana esas cosas pasan muy de vez en cuando. 

El equipo está en una deriva muy peligrosa. Ya no son los resultados o el hecho de estar fuera del descenso o no el lunes. Es una cuestión de que la sensación es de equipo roto, que no cree en lo que hace, que se desmorona ante el primer golpe. Sergio quiere mirar a la cara a los jugadores hoy y ver si estos confían en él, pero si es por lo visto sobre el campo... Papelón ahora para Ronaldo. Mandó a sus dos portavoces a ratificar a Sergio González "pase lo que pase en Vitoria seguirá", pero el órdago no ha dado sus frutos, no ha logrado reenganchar a la plantilla, no ha servido para dar un giro al fútbol del equipo. Porque esto se trata de fútbol y los pucelanos en Mendizorroza no aportaron nada a este deporte. Con una alineación que habríamos firmado la mayoría, el equipo no dio cuatro pases seguidos: muchos nervios atrás, inexistente elaboración y Weissman, como Tom Hanks en la película, volvió a ser el 'Náufrago'. Un drama. 

Sergio González es un buen entrenador, que le ha dado muchísimo al Real Valladolid y ya ha pasado a la historia. Resucitó a un moribundo que el doctor Sampedro tenía en la UCI, lo sanó del todo y le he ha hecho disfrutar de dos permanencias con uno de los menores presupuestos. Muy meritorios. Sabía hacer una cosa y la hacía muy bien, pero esta temporada le han pedido otra que no sale y eso, sumado a las lesiones y el covid, lleva al Pucela a una situación muy peligrosa. No es el máximo responsable, pero sí es el eslabón más débil. La dinámica no es mala, es terrible, las sensaciones no acompañan y las jornadas van pasando. Es necesaria una reacción inmediata.