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La sonrisa de Kiko Olivas

Valladolid

Por fin algo bueno que llevarnos a la boca. La noticia de que Kiko Olivas ya toca balón y entra en la fase definitiva de su recuperación es algo que ilusiona y que frena la mala racha de situaciones que últimamente se le están presentando al Real Valladolid. Malos resultados, lesiones, caer al descenso, una grave crisis deportiva, en definitiva, que contrasta con la sonrisa del central que tanto aportó en los dos últimos años a la defensa blanquivioleta y que pudimos ver en el reportaje elaborado por el departamento de comunicación del club. Las lesiones de Olivas, sobre todo, y de Marcos André, han hecho muchísimo daño. Estamos hablando de dos jugadores decisivos a la hora de defender y a la hora de atacar. No se les ha encontrado repuesto. Se dice que siempre se echa de menos a los que no están, pero en este caso está más justificado que nunca. A los dos se les espera para marzo, un poco antes o un poco después, y deben ayudar mucho en el tramo final y decisivo de la competición. El objetivo, que se recuperen bien, que lleguen a la perfección y que cuando eso pase, el equipo de Sergio siga vivo en la clasificación.

Y para seguir vivos hasta el final hay que frenar la sangría de resultados y la caída libre del último mes y medio. Desperdiciadas las oportunidades de ganar al Cádiz, Elche, Huesca, Valencia y Alavés, parece imprescindible ir a ganar a Ipurua. Sí, ir a ganar y no a hacer el Don Tancredo como hicieron los futbolistas del Valladolid en Vitoria. Ante el Alavés, Sergio sacó al equipo a empatar a cero sin más argumentos ni pretensiones. Cuando marcaron los de Abelardo, se acabó el libreto y el naufragio fue absoluto. Uno más.

Ronaldo sigue confiando en Sergio. Las razones solo las sabe él. Ronaldo es un hombre de fútbol y conoce perfectamente la situación que está viviendo el equipo y lo difícil que es salir de algo así. Nadie sabe lo que pasa por su cabeza, lo que habrá hablado con el entrenador o con los futbolistas. Si mantiene a Sergio por no dar su brazo a torcer, por tema económico o porque de verdad es de los pocos que cree en el entrenador catalán. Pero lo cierto es que los números no mienten. A 16 jornadas del final del campeonato el Valladolid está, al menos, a la mitad del camino. Necesita mejorar mucho su rendimiento. Va a tener que ganar partidos a equipos mucho más difíciles que los que están abajo y con los que no ha podido. Y urge ganar ya. Urge ganar en Eibar en un duelo tremendo con dos equipos que se juegan el puesto descenso. De momento nos quedaremos con la ilusión de volver a ver sonreir a Kiko Olivas. Ojalá que sea una sonrisa que se pueda contagiar a todos sus compañeros muy pronto.