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El Barça llega lanzado al silencio

La eclosión de la pandemia en marzo provocó una cascada de cancelaciones y aplazamientos en el deporte, que a finales de año todavía tiene consecuencias. Una estrategia fue dar un empujón al calendario lo más lejos posible, siempre con la esperanza de que el maldito virus desapareciera de nuestras vidas para entonces. Hace solo una semana, el Barcelona de fútbol sala se proclamó campeón de la Copa del Rey del curso pasado, con el actual ya avanzado. Y esta semana veremos otra vez al Barça, pero en balonmano, buscar su décimo título europeo en la Final Four, que recibió el mayor patadón para ubicarse los días 28 y 29 de diciembre. Con la Liga de Campeones 2020-21 ya en marcha, habrá un paréntesis para decidir la corona de la temporada 2019-20. Rarezas de la COVID.

Sin embargo, el dilatado aplazamiento no ha podido quitarse el virus de encima. Al contrario, Alemania pasa por su peor momento, así que el torneo se celebrará bajo unas estrictas medidas de seguridad, las mismas que fueron decretadas por la EHF en el reciente Europeo femenino de Dinamarca, y ante el imponente silencio de las gradas del Lanxess Arena de Colonia, con capacidad para 20.000 espectadores, que en condiciones normales crean el ambiente más fogoso que existe para el balonmano. Este año no sucederá así.

Los contendientes serán los cuatro que ocupaban las primeras plazas de sus grupos cuando la competición se canceló en primavera: Barça, PSG, Kiel y Veszprem. El equipo de Xavi Pascual llega lanzado, sin ceder en el continente desde septiembre de 2019. El último 3 de diciembre enlazó su 21ª victoria consecutiva, con lo que superó un récord del Ciudad Real de Dujshebaev de 2007. Aquí conquistó dos de sus nueve títulos europeos, en 2011 y 2015. Los datos le sitúan como favorito, pero a dos partidos, y en abrumador silencio, cualquier cosa puede ocurrir.