Sin Heurtel pero con Mirotic

Este domingo alberga la jornada estelar de las Navidades ACB, nueve partidos en doce horas, con el remate final del Clásico, a partir de las 21:30. Será un día de homenaje al baloncesto, con un duelo de rivalidad histórica como colofón, pero ni el espíritu de las Fiestas, ni las gradas todavía vacías por la pandemia, han enfriado un duelo que vuelve a llegar horneado por la polémica. El último Barça-Madrid, en la Euroliga, se celebró con Nikola Mirotic en la grada del Palau, porque no cumplía el protocolo del coronavirus, después de que su club intentara colarle con un dribling al reglamento. Mirotic, que encendió los Clásicos después de su fichaje bomba por el Barça en el verano de 2019, sí comparecerá en la cancha del WiZink Center. Quien ni siquiera se sentará en el banquillo, apartado ya de los entrenamientos y de la disciplina del Barcelona, e incluso de sus aviones, será Thomas Heur­tel, el protagonista del último culebrón, del último conflicto diplomático entre los dos grandes del basket español. Un nuevo enredo en el pulso más largo del mundo.

El interés madridista por Heurtel ha resucitado una desconfianza eterna, plagada de fricciones. Sin irse muy lejos, el Madrid ya se adelantó a su máximo rival con las contrataciones de Gustavo Ayón y Edy Tavares, ambos coronados con la camiseta blanca en la Euroliga. El Barça no quiere ver repetida una fotografía similar con el francés en el posado, ni con ningún otro jugador de su entorno. Si acaso, la hoja de ruta azulgrana es reeditar ese póster desplegable en su sala de trofeos con Mirotic como MVP en Europa. Dulce revancha. En estas fechas, los dos equipos exploran fichajes en busca de un base y de un pívot, lo que eleva la posibilidad de que los roces no se hayan acabado con el caso de Heurtel. Ambos se miran de reojo en el mercado. Y hoy lo harán frente a frente en la cancha.