El daño a Fernando Vázquez ya está hecho
"Parece que cada año tengo que demostrar cosas que ya demostré en el pasado”. Así titulé la última entrevista que le hice a Fernando Vázquez. No fue hace unos días, ni la semana pasada, fue el 15 de noviembre con el Deportivo líder en solitario. Así se sentía el de Castrofeito muy consciente de las críticas que lo rodeaban. Y lo rodeaban porque no solo venían de aficionados disconformes con el juego del equipo, que ciertamente no era nada bueno, también venían de dentro. De dentro de las catacumbas de Abegondo. Y de dentro de las catacumbas de la mismísima Plaza de Pontevedra.
Un caldo de cultivo macerado día a día, jornada a jornada, con un relato que señalaba a Fernando Vázquez como el único culpable de que el Depor no fuese en Segunda B el cohete, o al menos el avión, que se esperaba. El único mal es el entrenador. Ni la complicada pretemporada, ni el diseño de la plantilla, ni el pobrísimo rendimiento de varios jugadores. Nada, solo el entrenador. Es como si lo sucedido estos últimos años con el gatillo fácil con los técnicos hubiese entrado en el limbo del olvido. Y más concretamente, como si nadie se acordase de la factura y fractura que supuso la destitución del propio Vázquez en el verano de 2014 tras ascender a Primera.
Tampoco ayudó a silenciar todo este ruido Fernando Vidal tras la derrota ante el Celta B, tan dolorosa como única de la temporada. El presidente fue tan contundente en el titular, “no hay debate con Fernando Vázquez”, como equívoco y poco claro a la hora de explicar su conclusión. El dato objetivo señala que el Deportivo es segundo del Grupo I (pasan seis a la siguiente fase) y sigue en la Copa. El subjetivo, que el equipo no termina de carburar y que tiene graves problemas en ataque.
Con esto, el día previo al Teresa Herrera saltó la noticia de la cercana destitución del técnico. Y digo noticia y no rumor porque partió de un medio de comunicación. Ardieron las redes, como era de esperar. El agua no llegó al río, pero cala a Vázquez hasta los huesos porque a partir de ahora vive en el alambre después de recibir un ultimátum virtual. Si a estas alturas de la caída, que ha llegado por ahora nada menos que hasta Segunda B, en el club no han aprendido que todos a una o batacazo… El daño a Fernando Vázquez ya está hecho, aunque todavía hay tiempo para darle la confianza, la de verdad, la que se merece. Él lo agradecerá. El Deportivo, también.