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Laporta sale de caza a por una sonrisa

Preparado. Barcelona espera con avidez la inminente presentación oficial de la precandidatura de Joan Laporta. "Está a tope, como en 2003", insisten en deslizar desde su entorno. Laporta cuenta con grandes adeptos en la clase media periodística, que acompañó la trayectoria del Barça triomfant de Laporta, desde Rijkaard a Guardiola, con el consejo sabio de Cruyff, seguramente la figura más influyente y exitosa de la historia de un club. Laporta tuvo una experiencia frustrante en 2015. Entonces, el triplete del tridente y, especialmente, su flojo trabajo de campaña, le impidieron regresar a la presidencia. Una lección aprendida.

Estrategia. Laporta sabe cómo se ganan unas elecciones. En 2003, anunció un acuerdo con el Manchester United para fichar a David Beckham si era elegido presidente. El terremoto mediático fue tal que no importó demasiado que siete días después el inglés firmase por el Madrid, que había llegado a un acuerdo con el jugador antes que con los red devils. Laporta ya estaba en la pole para la presidencia. Lejos de quedarse inmóvil después del fracaso con Beckham, se fue a por Ronaldinho. La sonrisa del brasileño y el empuje de Laporta inauguraron la era del "círculo virtuoso". Algo así persigue ahora Laporta, una sonrisa ganadora.

Haaland. Representado por Mino Raiola, con quien Laporta hizo negocios en la anterior presidencia (Ibrahimovic), el nombre de noruego ha empezado a sonar con fuerza en los últimos días. A falta de Mbappé, sobre quien el pasado reciente de negociaciones con el PSG aconseja no ser demasiado osado, Haaland y, tal vez, Klopp, serán grandes reclamos el próximo mes en Barcelona. Ahora sí que ha arrancado la carrera electoral. Resulta curioso que el primero que le ha puesto pimienta ha sido un exdirectivo algo plano como Rousaud, que se ha jugado un triple desde el centro del campo afirmando que negocia el regreso de Neymar, un riesgo por el rechazo que el brasileño genera en un alto porcentaje del socio tradicional, pero que le pone en el escaparate. Y le posiciona. De fondo, un posible pacto con Freixa.

Víctor Font. Con diferencia, es el candidato que más ha trabajado para ser presidente. Años de planificación y, sin embargo, una sensación de que no ha llegado en ventaja al momento decisivo. Sus apuestas, Xavi y un nuevo modelo integral de club acorde a los tiempos, resultan interesantes, pero algo escasas de alma. Y el fútbol, ya lo hemos visto con Maradona esta semana, es una pulsión. Puro instinto.