Llull es el nuevo base

La pregunta se lanzó ayer en este mismo espacio: “¿Cómo será el Madrid sin Campazzo?”. Y la primera respuesta íbamos a encontrarla este jueves en el partido de Euroliga frente al CSKA de Moscú, un ogro histórico para el Real Madrid, una maquinaria rusa que ostenta el récord de ser el equipo que más veces ha ganado al rey de Europa en competición continental: 33 victorias en 53 encuentros. Aunque, en realidad, la primera respuesta ya nos la había dado antes Pablo Laso en la rueda de prensa previa: “El Madrid va a seguir siendo un equipo reconocible, reconocido y competitivo”. Y eso es lo que se vio en la cancha moscovita, donde los blancos tuvieron contra las cuerdas al vigente campeón, que salió del apuro gracias a un 3+1 final de su estrella, Mike James. El Madrid perdió, pero pudo haber ganado perfectamente. Lleva sin conquistar Moscú desde el 17 de diciembre de 2008. No lo hizo en esta jornada sin Facundo Campazzo, cierto, como tampoco lo pudo hacer con el argentino en sus filas. Ni con Luka Doncic. Ni con el Chacho Rodríguez.

Laso, sabio, ya había dado también la clave de cómo se iba a suplir la ausencia del Facu: “No pienso que la fuerza del equipo sea un solo jugador, sino el colectivo”. Nicolás Laprovittola, que partió de titular, fue el base que jugó más minutos en la posición, con 18, pero en el momento caliente, en el último cuarto, Sergio Llull tomó el timón en un puesto en el que ya lució en sus orígenes, antes de ser reconvertido en escolta. De los 22 minutos que Llull estuvo en la cancha, 15 de ellos los afrontó como base, además de algunos lances concretos cuando hizo pareja exterior con Carlos Alocén, que sólo compareció siete minutos. A la espera de que Laso se saque nuevas combinaciones de la chistera en partidos venideros, y seguramente lo hará, la pregunta ha quedado resuelta: Llull es el nuevo base… y también el grupo.