El peligroso precedente de Honda
No son tiempos fáciles para nadie, es evidente, y tampoco para la industria de la automoción. Con el mundo sacudido por una pandemia devastadora, vender coches (o motos) se ha convertido en una tarea ardua, las prioridades han cambiado para la mayoría de las personas y las perspectivas económicas tampoco invitan al dispendio. A esa coyuntura se añaden las complicaciones propias de un sector convulso, que mira hacia un futuro marcado por la electricidad como fuente de energía, haciéndolo con tantas dudas como temores. Así que la salida de Honda de la competición al máximo nivel, lejos de ser una sorpresa era una probabilidad que ahora se ha concretado. Además de un preocupante precedente para la F1.
Renault debatió sobre su continuidad con la llegada de su nuevo consejero delegado, que salvó el proyecto no sin pocos esfuerzos; en Daimler no todos los que deciden comparten la necesidad de seguir arrasando en los grandes premios con sus Mercedes, así que sólo Ferrari tiene en su propia filosofía empresarial argumentos sólidos para seguir apostando por las carreras. Andan intentando convencer a Volkswagen de que se suba a este tren, pero tampoco terminan de ver clara la estrategia, depositar su imagen de empresa amigable con el medio ambiente propulsando monoplazas que contaminan y hacen ruido. En fin, que debemos esperar que la espantada de Honda sea la única a medio plazo...