Un Mundial a una bala

La pandemia ha obligado a tomar decisiones que en tiempos normales hubiéramos tildado de extrañas. Vimos la Champions a partido único en Lisboa. Y la Liga ACB enjaulada en Valencia. Estamos viendo la NBA en una burbuja en Disney. El Tour de julio en septiembre. Y veremos un Roland Garros en octubre y una Vuelta en noviembre. Se han cambiado fechas y formatos, todo por salvar la competición deportiva. El negocio y la tradición. Al hilo de esta misma filosofía, la ITU, que rige los destinos internacionales del triatlón, anunció oficialmente el pasado 25 de agosto que el título mundial 2020 se solucionaría este sábado en Hamburgo, a una sola prueba, en lugar de las siete citas inicialmente previstas en el trastocado calendario. Sin más tiempo que ese para la digestión de la noticia.

El formato no es nuevo para el triatlón, que en sus orígenes, a partir de 1989, celebró el Mundial a una carrera. Bajo ese modelo, Simon Lessing forjó su leyenda con cuatro oros, e Iván Raña conquistó, en Cancún 2002, el primero de los nueve títulos que luce España. La última vez que una sola prueba resolvió la corona, antes de que se implantaran las World Series, fue en 2008, también con triunfo español: Gómez Noya. El gallego puso así la primera piedra a un edificio donde ahora brillan cinco oros, el actual récord, por delante de aquel mítico Lessing. Noya, que ha catado triunfalmente ambos sistemas, ha renunciado a participar hoy, crítico con la decisión. Sí estará el tricampeón Mario Mola, que en el periodo de un año sólo ha corrido un triatlón, y ha utilizado como alternativa el atletismo, donde ya tiene plaza para el Campeonato de España de 5.000 metros, para poder mantenerse competitivo. “Será un poco a la aventura”, explica Iñaki Arenal, el director técnico nacional. Nadie conoce muy bien el nivel. Es un año deportivamente raro, que en un futuro recordaremos plagado de asteriscos.