Deslumbrante Doncic

Los playoffs de la NBA están en marcha. Lo que hace unos meses parecía una quimera, ahora progresa adecuadamente sin contratiempos relevantes por el coronavirus. La burbuja de Walt Disney funciona. El aficionado anda un poco más despistado que de costumbre con el seguimiento en estas fechas atípicamente veraniegas, pero la competición avanza con viento de cola a la resolución del anillo en octubre, justo el mes en el que tendría que haber empezado el nuevo curso. Estar jugando ya es un éxito. La pelea por el título presenta múltiples atractivos, como ese regreso de Los Angeles Lakers a los playoffs, que no pisaba desde 2013. Una anomalía corregida. Junto a sus vecinos los Clippers, que se han hecho mayores de repente, forman un dueto de firmes aspirantes a la liga.

Desde España, los ojos apuntan en dos direcciones. Hacia los Toronto Raptors de Marc Gasol, Serge Ibaka y Sergio Scariolo, los defensores del anillo, que siguen siendo un equipo resolutivo a pesar de la marcha de Kawhi Leonard. Y hacia Luka Doncic, ese canterano del Real Madrid que ya dominó la Euroliga y que ahora deslumbra a cada paso en la NBA. El mejor rookie de la pasada sesión arrancó el primer playoff de su carrera con una nueva plusmarca: sus 42 puntos le convierten en el debutante con mayor anotación de la historia en su estreno. Doncic bate récord tras récord. Esta temporada ha terminado líder de triples-dobles (17) por delante de LeBron James y batiendo registros de Magic Johnson y Michael Jordan. En los Mavericks ha igualado el tope de asistencias de Jason Kidd y Steve Nash (19). A ese nivel se codea a sus 21 años. A estas alturas nadie duda de que el número 3 del draft no le hizo justicia. La NBA mira con cierto recelo a Europa. El esloveno sube los peldaños de dos en dos. Y al final de la escalera le espera Dirk Nowitzki y su anillo en Dallas. No tiene vértigo.