La NBA sobrevive en una burbuja
El Sevilla, el Zaragoza y el Almería comunicaron durante este miércoles positivos con coronavirus en sus filas, el Fuenlabrada sigue confinado, Mariano pasa la cuarentena en su casa, otros tres ciclistas (y van cinco) se han retirado de la Vuelta a Burgos por haber estado en contacto con infectados... ¡Qué difícil es que la burbuja del deporte no explote! La balsa de aceite que supusieron los regresos de LaLiga y de la ACB, sin casos sonados, se ha inundado de interrogantes desde hace poco más de una semana. Si las costumbres se relajan, surgen los rebrotes. Dentro y fuera del deporte. La competición avanza con tropiezos, pero avanza. Y este jueves añadirá una pieza estelar a los reestrenos: la NBA retoma la temporada 140 días después de que el positivo de Rudy Gobert obligara a suspender el campeonato.
La NBA se ha enclaustrado en el Walt Disney World Resort, un espacio bunkerizado en Florida, uno de los estados americanos más castigados por la pandemia, que esta misma semana ha batido su récord de muertos. Allí han vivido aislados durante el mes de julio los 346 jugadores de los 22 equipos seleccionados que lucharán desde hoy hasta el 13 de octubre para resolver el anillo. Entre la preparación y el torneo, algunas franquicias permanecerán más de tres meses, un periodo muy superior a los formatos exprés de las ligas europeas de baloncesto y radicalmente diferente a la permitida movilidad del fútbol. “Mentalmente será muy duro”, advierte Ricky Rubio, que ha regresado a las canchas tras sufrir el virus en sus carnes. Las medidas serán severas, aunque no inflexibles. No es una prisión, sino una sede protegida con entretenimientos Disney. Una novedosa fórmula que se seguirá con interés por si, como ha dicho Michele Roberts, la directora del sindicato NBPA, hubiera que repetirla el próximo curso. A eso apunta la inestable situación actual, fuera de las burbujas del deporte.